miércoles, 2 de diciembre de 2009

Y encima, una multa a Aminatu Haidar













































Lo leí el otro día. Hoy lo he visto en un telediario. Aminatu Haidar ha sido multada por un juez, acusada de desórdenes en el aeropuerto de Lanzararote el día en que fue desalojada. Mientras tanto no le llueven ofertas: por el ejecutivo español, que abandone, que tenga paciencia, que acepte la nacionalidad española...; por el pupurrí marroquí, que pida perdón al califa (¿o no lo es el príncipe de los creyentes de Marruecos, Mohamed no sé qué número?) y en media hora tiene el pasaporte. 

Así funcionan los dos sistemas. Uno, el de la separación de poderes, donde un poder le da candela a Aminatu con una multa y otro la marea con continuas propuestas... destructivas. Sólo falta que el gobierno envíe un proyecto de ley al primer poder, el que acoge el Congreso, para... ¿para qué? El otro sistema ya sabemos de qué va: un monarca que lo controla casi todo, que hace de gendarme del imperio y con nuestro gobierno de mamporrero.

Perdón por las irreverencias, pero me han salido de los adentros. Y a ti,  Aminatu Haidar, ánimo. Te mereces un monumento a la dignidad.