El 9 de diciembre de 1931 fue aprobada la Constitución de la IIª República. El texto constitucional más democrático habido en nuestro país. Con ella se acabó con siglos de monarquía (salvo la efímera Iª República de 1873 y… ¿1874?), con medio siglo de Restauración borbónica y con ocho años de dictadura militar. Una Constitución que en su texto amplió los derechos y libertades individuales, que introdujo los derechos sociales, que eliminó las diferencias de género, que estableció un estado laico, que permitió el control de la propiedad privada, que buscó la convivencia entre las naciones, nacionalidades y regiones del estado mediante la autonomía, que supeditó el ejército al poder emanado del pueblo… Una Constitución que abrió la esperanza a amplios sectores de la población, que sufrió los altibajos del momento en que estuvo vigente y que acabó acribillada por las armas de quienes no soportaron que su aplicación conllevase la pérdida del poder del que habían gozado durante décadas y siglos.