Los tres deseos
El viento me trae un recuerdo.
Es
la misma brisa
de
cuando mi alma brillaba como las rocas.
Tenía
dieciséis años y tres deseos:
cabeza
de lechuza,
corazón
de cierva,
sexo
de pantera.
El
viento, veinte años más tarde,
mece
al Árbol de la Vida.
Contemplo
los frutos maduros a sus pies,
cómo
rezuman la ironía del tiempo
cómo
se pudren, impotentes y asombrados
por
el hoy de aquella joven que se rebautizó a sí misma
Yo
Soy Yo y Sólo Yo.
(Miren
Agur)
las mujeres y el
viento
él
siempre va a volver
me
previno la griega
traduciendo
la borra del café
y
me hablaba de un hombre
yo
pensaba en el viento
el
viento siempre vuelve
pero
esta ciudad no se acostumbra
anda
cada
vez
desaforado
por las calles
a
brochazos de tierra
borrándonos
los pasos
se
nos vuelan los pájaros
los
olores
la
ropa
se
desafina la casa
la
memoria se astilla
y
hay que poner la pava
preparar
unos mates
y
esperar
a
que se vaya
en
unos días
unas
semanas
vaya
a saber
con
el cambio de luna
como
un tremendo viento
dicen
que fue el malón
un
torbellino en contra de los días
y
eso que los antiguos eran duros
como
rocas
firmes
ahí
quedó su sangre
desparramada
me
decías abuela
y
tu recuerdo es el lago
al
que me asomo
para
sorber un trago
y
aquí hasta la noche se ha opacado
el
viento ruge
arrancando
hasta las ganas de quedarse
seguro
que las lomas quedaron peladitas
por
ahí andará el ruego de ignacia quintulaf
porque
su hijo no volvía
el
humo de la yerba y el azúcar quemadas
subiendo
apenas
un
poco más que el taill
y
es una pausa su voz
el
viento siempre vuelve
quiere
rendirnos a nosotras
probarnos
las raíces
llevarse
algunas
arrastradas
o
girando
yo
prefiero esas matas livianas
a
estos huesos espesos
que
reventarán contra el cemento
él
siempre va a volver
pero
no tenga miedo
agregaba
la
griega
porque
también se irá
el
viento amaina
y
el planeta se pone transparente
éste
es un olmo
y
señala mi hermano
un
tallo y unas hojas
alzándose
del suelo
desafiantes
pienso
que el viento nos trajo su semilla
desde
el boulevard
y
¿ves? aquí hay otro
quiero
decir
ricardo
tus
hijos son tan claros
como
estos olmos
pero
tengo todavía
arena
en
las coyunturas
y
no hay palabras
quién
sabe adónde
las
estará sembrando
el
viento
(Liliana
Ancalao)
Infancia
El
viento golpea la puerta
del
cuarto siempre cerrado.
El
viento llama a la puerta.
El
viento quiere abrir
la
puerta en que detiene su camino
ese
caballo blanco con ojos de cristal.
El
viento araña
la
puerta con su garra de dragón errabundo.
Los
sioux y comanches
van
tensando sus arcos.
La
paloma mecánica
mueve
sus alas frías.
Pero
el viento
derriba
al fin la puerta.
Y
deja ver
la
habitación de sombra y amargura.
(Felipe
Benítez Reyes)
Poema al viento
Viento,
el
parque de los pájaros
te
lleva a algún sitio.
Sopla
limpio y tranquilo.
Suspiro
divino,
golpe
cálido y furioso.
Viento
que sopla como el fuerte o suave viento.
Viento,
no soples fuerte, que despienas a la tierra, viento.
Viento
en la cima, en la soledad, viento.
Viento,
te siento, me llevas dentro, viento.
Viento
eres la visita dl futuro, viento.
(Pep
Bruno)
Tribunal del viento
El
rudo viento de levante arrastra
la
arena hasta los soportales
y
entra en los dormitorios y toma posesión
de
los enseres indistintos,
se
asocia a las cortinas y las sábanas,
cuartea
la vetusta madera de la noche.
Y
sucede de pronto que también
hostigan
a la vida esos furiosos aguijones,
ese
acérrimo enjambre
de
historias polvorientas, mientras
se
van superponiendo alrededor
los
lentos algodones del cansancio.
A
mi querella el tribunal del viento.
(José
Manuel Caballero Bonald)
En la ciudad del viento…
En
la ciudad del viento,
veo
lo que nadie ve,
siento
lo que nadie siente,
lo
digo, lo repito con el viento
y
no me arrepiento.
El
desierto me hace sentir
como
una princesa
en
la ciudad del viento.
En
la ciudad del viento,
hay
palacios de piedras
y
castillos de arena,
como
en los cuentos de hadas.
El
desierto me hace sentir
como
una princesa
en
la ciudad del viento.
Ando
descalza sobre una alfombra de arena,
suave
como la seda
y
dorada como el ORO.
Vivo
bajo un cielo
grande
e inmenso,
cubierto
por un velo azul,
azul
como el mar.
En
la ciudad del viento
la
libertad nació sin dueño.
En
este horizonte lejano y sin límite,
como
un sueño,
cuando
posa la mirada,
la
vista navega libremente.
El
desierto me hace sentir
como
una princesa
en
mi palacio de lona,
rodeado
de espejismos,
como
cascadas y fuentes de agua,
que
se deslizan de las montañas…
espejismo
brillante, con destellos,
como
el diamante que
brota
de repente
desde
el fondo
de
la tierra…
Tierra,
yerma y querida,
madre
del fuego,
del
aire, del frío, del silencio,
del
nómada y del viento.
El
desierto me hace sentir
como
una princesa
en
la ciudad del viento.
El
sol, mi hada madrina,
cada
día me quiere,
me
guía y me protege.
La
luna, mi espejo mágico,
que
me escucha,
me
mira y me mima.
Las
estrellas, luces de vecinos
y
pueblos de princesas,
cercanas
y lejanas,
cada
noche me iluminan,
me
vigilan y me amparan.
El
desierto me hace sentir
como
una princesa
en
la ciudad del viento.
En
la ciudad del viento
veo
lo que nadie ve,
siento
lo que nadie siente.
Lo
digo, lo repito
con
el viento y
no
me arrepiento.
El
desierto me hace sentir
como
una princesa
en
la ciudad del viento.
(Fatma
Galia)
Los colores del viento
El
viento es una gama
de
colores celestes,
que
vuelan al espacio
con
música sonora
se
escucha en todas partes
las
canciones lejanas
de
una luz que se oculta
cuando
brilla la aurora.
Camino...
no descanso
para
encontrar la luna,
sintiendo
en la alborada
una
luz que agoniza,
me
encuentro en la penumbra
de
una noche inquietante
y
recojo tus besos
que
escondí en las cenizas.
No
quiero despertarme
sin
haberte soñado,
no
quiero que la noche
se
lleve mis recuerdos,
quiero
encontrar la luna
volviendo
a mi pasado
y
sentir la agonía
por
retener tus besos.
Seguiré
caminando
para
olvidarlo todo,
in
pensar que una noche
te
encontré en mi camino,
regaré
tus caricias
entre
todas las flores
y
esperaré que el viento
me
devuelva el destino.
(Anahilda
García)
Trabajé el aire…
Trabajé
el aire
se
lo entregué al viento:
voló,
se deshizo,
se
volvió silencio.
Por
el ancho mar,
por
los altos cielos,
trabajé
la nada,
realicé
el esfuerzo,
perforé
la luz
ahondé
el misterio.
Para
nada, ahora,
para
nada, luego;
humo
son mis obras,
cenizas
mis hechos.
…Y
mi corazón
que
se queda en ellos.
(Ángel
González)
Con las piedras, con
el viento…
Con
las piedras, con el viento
hablo
de mi reino.
Mi
reino vivirá mientras
estén
verdes mis recuerdos.
Cómo
se pueden venir
nuestras
murallas al suelo.
Cómo
se puede no hablar
de
todo aquello.
El
viento no escucha. No
escuchan
las piedras, pero
hay
que hablar, comunicar,
con
las piedras, con el viento.
Hay
que no sentirse solo.
Compañía
presta el eco.
El
atormentado grita
su
amargura en el desierto.
Hay
que desendemoniarse,
liberarse
de su peso.
Quien
no responde, parece
que
nos entiende,
como
las piedras o el viento.
Se
exprime así el alma. Así
se
libra de su veneno.
Descansa,
comunicando
con
las piedras, con el viento.
(José
Hierro)
Todo
es de color.
Todo
el mundo cuenta sus penas
pidiendo
la comprensión.
Quien
cuenta sus alegrías
no
comprende al que sufrió.
Señor
de los espacios infinitos,
tu
que tienes la paz entre las manos,
derrámala,
Señor, te lo suplico,
y
enséñales a amar a mis hermanos.
Enséñales
lo bello de la vida
y
a ser consuelo en todas las heridas,
y
amar con blanco amor toda la tierra,
y
buscar siempre la paz, Señor, y
odiar la guerra.
Todo
es de color.
De
lo que pasa en el mundo,
por
Dios, que no entiendo na.
El
cardo siempre gritando
y
la flor siempre callá.
Que
grite la flor
y
que se calle el cardo,
y
todo aquel que sea mi enemigo,
que
sea mi hermano.
Sigamos
por esa senda
a
ver qué luz encontramos.
Ésa
luz que está en la Tierra
y
que nosotros apagamos.
Señor
de los espacios infinitos,
tu
que tienes la paz entre las manos,
derrámala,
Señor, te lo suplico,
y
enséñales a amar a mis hermanos.
Todo
es de color.
(Manuel
Molina Jiménez)
Biografía
Tuve
amigos que morían, amigos que partían,
otros
que quebraron su rostro contra el tiempo.
Odié
lo que era fácil,
me
he buscado en la luz, en el mar y en el viento.
(Sophia
de Mello)
Elogio de la danza
El
viento sopla
como
un niño
y
los aires jadean
en
la selva, en el mar.
Entras
y sales
con
el viento,
soplas
la llama fría:
velos
de luna soplas tú
y
las flores y el musgo
van
latiendo en el viento.
Y
el cuerpo
al
filo del agua
al
filo del viento
en
el eterno signo de la danza.
(Nancy
Morejón)
Autorretrato con
viento
Bajo
el pelo intratable, unos ojos estoicos
que
esperan protegerse y a la vez acercarse.
He
ido acumulando pruebas contra mí:
débil,
impuro, con miedo a ser lo que ya soy.
¿Pero
tiene sentido
pensar
cómo sería si fuera de otro modo?
Tal
vez equivocarse no es perder el tiempo
sino
escapar del tiempo
y
de todos los lastres que lo perfecto arrastra.
Si
llego a tocar fondo,
puede
que ahí esté toda mi fuerza.
El
viento, ahora,
emborrona
el paisaje:
es
suficiente un roce
para
que yo también desaparezca en él
y,
al menos un segundo, sea viento.
(Juan
Manuel Moreno)
Colores del viento
Viento
blanquecino cautivado por la nieve,
abrazado
a tu espalda, frío al que le temes,
nos
acerca aún más en nuestra habitación.
Viento
azul de mis días y mis noches,
cómo
danzas entre su amor y mi amor,
cómo
rozas su piel, con tanto derroche,
cómo
te mueves al ritmo de mi corazón,
cómo
levantas su falda, cómo grita el reproche,
en
ella inquieta, en mí despierta pasión.
El
viento de la sierra, de la cima de la montaña,
del
desierto con olor a tierra, a madera de la cabaña,
lento
y rojizo cuando lo acaricia el sol,
siempre
cálido y fresco para nuestro amor,
es
el viento del deseo, ese es el viento de los dos!
(Guiomar
Velandia)
Nombre en el viento
Busca
ese nombre y se le esconde
en
el orden del diccionario.
Olió
la hoja y su recuerdo,
saltó
la palabra a sus labios
y
las letras danzaron,
unidas
por un instante,
antes
de volver a ser libres.
El
misterio escapó vuelto aire
en
la fragilidad del tiempo, incorregible,
hacia
aquel patio,
el
sitio verde de la infancia,
un
instante en la historia
de
una casa
y
ésta en la de un país.
Un
coágulo agreste
cuyos
cimientos pocos ya
conocen,
aman.
(Ida
Vitale)
(Imagen: "El viento de la paz", de Luis Valverde Luna; tratamiento fotográfico)