La visita a Paestum, un espacio arqueológico situado al sur de la ciudad de Salerno, estuvo entre mis preferencias iniciales en el viaje a Italia. Y, como resultado final, se ha correspondido con las expectativas. La polis allí asentada, fundada por griegos, posiblemente en el siglo -VII, se denominó Poseidonia, en honor al dios griego del mar. A lo largo del siglo -IV, en plena decadencia de las polis griegas, se produjo un pulso con el vecino pueblo de los lucanos, que acabó imponiéndose sobre el imperio alejandrino, para unas décadas después, durante el primer cuarto del -III, caer bajo la dominación romana. Y de esa manera, lo que empezó llamándose Poseidonia, pasó a ser la Paistum laucana, cuya raíz etimológica derivó en la Paestum romana.
Poseidonia fue una de las numerosas colonias griegas instaladas entre los siglos -VIII y -V entre la isla de Sicilia y el reborde más meridional de la península Itálica. Tal presencia llevó a que, con posterioridad, en el mundo romano se denominase esa región con el nombre de Magna Grecia. Y esa simbiosis político-cultural llevó a que con el paso de los años se fuesen superponiendo y/o adaptando las formas y las dedicatorias de las edificaciones y otros lugares que constituían el espacio urbano.
De la época griega se conservan importantes vestigios, algunos destacables. Tres se corresponden con los templos de Hera, Atenea y Poseidón/Apolo, construidos en los siglos -VI y -V, a los que también me referiré aparte. Está también el bouleuterion, con la misma datación. Y, por último, podemos disfrutar -disfruté- de los restos de la Tumba del Zambullidor, posiblemente del siglo -V, a la que dedicaré también una entrada específica.
El bouleuterion, a veces llamado eclesiasterion (creo que erróneamente, pues deriva de ekklesia, la asamblea ciudadana), está situado en las cercanías de lo que fue el ágora griega, la plaza principal donde se desarrollaban las asambleas ciudadanas (que, recordémoslo, estaban restringidas a los varones mayores de edad que no fueran ni esclavos ni extranjeros). Tiene forma circular y una disposición escalonada en gradas, apropiada para facilitar los debates, por ser el lugar donde se reunía el Consejo que gobernaba la ciudad.
En una cuanto a la presencia romana, como ocurre en tantas ciudades, se conserva el antiguo trazado, basado en el eje perpendicular de dos calles principales: el decumano máximo (E-O) y el cardo máximo (N-S). En su intersección es donde se situó el foro, donde con anterioridad se encontraba el ágora o plaza pública griega. Más allá de la forma que describe su perímetro, entre lo que puede verse destacan los restos de lo que fue el templo de la Paz. A diferencia de los templos griegos, levantados sobre un basamento de tres escalones que rodeaba el edificio, en los romanos se hacían sobre un podio, que sólo disponía de una escalinata frontal para acceder a su interior.
En las proximidades de lo que fue el ágora y el foro pueden verse otras construcciones romanas que tuvieron una gran importancia en su momento: las ruinas de unas termas y una de las dos partes conservadas del anfiteatro.