Ha sido del 53'6%, lo que supone una caída de 25'5 puntos. En términos absolutos han votado 1'5 millones de personas menos. La pandemia ha tenido que ver, claro está, como ocurrió en las autonómicas gallegas y vascas de julio pasado, en las que también bajó la participación: del 49%, en Galicia (4'6 puntos menos que en 2016); y del 50'8%, en el País Vasco (9'2 puntos menos que en 2016).
Pero no sólo ha sido eso. Aunque está por cuantificarlo, ha habido una desmovilización de naturaleza política en una una buena parte del electorado: mayor, en el de la derecha españolista; y menor, en el independentista.
Resultados por grupos
PSC. Ha sido el grupo más votado, con alrededor de 651.000 papeletas (21'3%) y 33 escaños. Ha sido el único que ha subido sobre 2017 en todos los aspectos: unos 44.000 votos, 9'2 puntos y 16 escaños. La mayor parte de esa subida provendría de Cs y una parte menor, de ECP.
ERC. Con el 21'3% de los votos y 33 escaños se ha convertido en el segundo grupo de Catalunya y en el primero entre los grupos independentistas. Aunque ha perdido alrededor de 333.000 votos, ha subido en 1 escaño. Sus pérdidas representan el 35'5% de los votos de 2017.
J xC. Ha obtenido el 20'1% y 32 escaños, lo que supone la pérdida de la primacía entre los grupos independentistas, unos 381.000 votos y 2 escaños. A su vez, las pérdidas representan el 40'2% de los votos de 2017. Una parte se habrían fugado al más moderado PDeCat, lo que quizás le haya perjudicado en su intento por mantener el liderazgo en el campo independentista.
Vox. Ha sido el gran beneficiado de la derecha españolista, si bien en 2017 no se presentó a las elecciones. Ha obtenido unos 217.000 votos (7'7%) y 11 escaños, por lo que se sitúa como la primera fuerza de la derecha españolista. El grueso de esos votos habrían sido de Cs en 2017 y también, aunque en menor medida, del PP.
ECP. Con el 6'9% de los votos (-0'6% sobre 2017) ha logrado mantener los 8 escaños que tenía. Pero ha retrocedido mucho en votos: unos 123.000, que representan el 40'5% sobre los de 2017. Esas pérdidas se repartirían entre fugas al PSC y, en menor medida, a ERC y La CUP, y la abstención
CUP. Ha estado entre los tres grupos que han salido más beneficiados, sobre todo por su subida hasta los 9 escaños, 5 más que en 2017. Apenas ha perdido 6.000 votos, no así en términos relativos, subiendo del 4'5% en 2017 a los 6'75 actuales. Se habría beneficiado de los sectores independentistas más radicalizados, sobre todo de ERC, pero también de JxC.
Cs. Ha sufrido una debacle sin precedentes: de ser el grupo más votado (25'4%) y con más escaños (36), ha quedado relegado al penúltimo lugar entre los que han conseguido representación parlamentaria. Sus pérdidas se elevan a alrededor de 952.000 votos, que representan el 85'8% de lo obtenido en 2017, 19'8 puntos y 30 escaños.
PP. Ha obtenido unos resultados muy pobres: 3'9% y 3 escaños. Ha perdido 1 escaño y unos 77.000 votos, esto es, el 41'4% sobre 2017.
PDeCat. Sus escasos 77.000 votos (6'7%) no le han permitido acceder a obtener representación parlamentaria. Heredero de la tradición pactista de la derecha catalana, se ha visto perjudicado por el voto más útil a JxC.
Los resultados por bloques
Con toda probabilidad, siguiendo a lo anticipado por las encuestas, los cambios en el sentido del voto se habría producido dentro de cada bloque: sobre todo, en lo que corresponde al eje que separa el independentismo del unionismo; y en menor medida, a los bloques izquierda y derecha españolista.
Los grupos independentistas. En términos relativos han aumentado, sumando algo más de la mitad de los votos: 50'8%, es decir, 3'2 puntos más que en 2017. También han subido en 4 escaños, llegando a los 74. Sin embargo, han perdido 643.000 votos, que representan el 30'9% de los obtenidos en 2017.
Los grupos de izquierda. Han alcanzado el 57'9% de los votos, que suponen 10'5 puntos más que en 2017. En escaños han sumado 22 más, hasta llegar a los 83. Pero en número de votos han perdido 527.000, que representan el 24'4% sobre 2017.
Los grupos de la izquierda radical. ECP y la CUP han sumado el 13,6% de los votos, aumentando 1'6 puntos sobre 2017. También han subido en 5 escaños, si bien corresponden todos a la CUP. Por otro lado, han perdido 138.000 votos, que representan el 26'5% de los obtenidos en 2017, pero sin olvidar que 132.000 son de ECP.
La derecha españolista. Los tres grupos que la componen se han quedado en el 17'2% de los votos y 20 escaños, lo que supone unas pérdidas sobre 2017 (cuando sólo se presentaron Cs y PP) de 12'4 puntos y 20 escaños. En términos absolutos han perdido 812.000 votos, que representan el 62'6% de los obtenidos en 2017. La clave, no obstante, está en la debacle de Cs con sus 952.000 votos perdidos. Vox, pues, ha superado no sólo al PP, sino también al a Cs.
Las encuestas
Las numerosas encuestas que se han realizado, tanto por empresas privadas como por los organismos públicos CIS y CEO, han tendido, en líneas generales, a predecir el sentido de los votos por grupos. Eso no quita que haya habido algunas discordancias llamativas, sobre todo por parte del CIS estatal, que ha patinado en más de una ocasión.
Los resultados de los tres grupos más votados han estado en la línea prevista, llamando la atención tanto la subida del PSC ("efecto Illa") como la de JxC, en este caso en detrimento de ERC. Sobre JxC lo más extraño ha sido el bajo porcentaje que le adjudicó el CIS, con tan sólo el 12'5%.
De los otros dos grupos de izquierda, ECP y la CUP, ha habido coincidencias en general, si bien el CIS, una vez más, elevó en demasía los apoyos al primero, al que adjudicó el 9'7%.
Donde se ha producido un menor acercamiento a los resultados ha sido entre los grupos de la derecha españolista. No se ha detectado la bajada tan acusada de Cs, la menor del PP y la subida, hasta el 7'7% final, de Vox. Quizás hayan influido factores como la apertura del juicio sobre la caja B del PP o las declaraciones de Pablo Casado sobre la actuación de la policía durante el 1-O.
En cuanto a los bloques, las previsiones sobre los apoyos al bloque independentista han estado por debajo, entre 1 y 5 puntos, sin que en ningún caso la suma superase el 50%. Y en el caso del bloque de la derecha españolista, las previsiones han estado entre 3 y 5 puntos por encima del 17% final obtenido.
Por último, en lo referente a la participación, lo que ha ocurrido es que ha estado entre 5 y 10 puntos por debajo de lo que se preveía en algunas encuestas. Aunque ya se preveía que la abstención podía afectar en mayor medida a la derecha españolista, esa menor participación quizás es lo que explique que sus resultados se hayan situado en el 17%.
¿Qué puede ocurrir?
Va ser muy difícil, si no imposible, que Salvador Illa consiga ser president. No tiene apoyos.
Con toda seguridad lo será Pere Aragonés, que conseguirá los apoyos de JxC y posiblemente de la CUP.
Otra cosa es la conformación del govern. Desde ERC se tiene ganas de una gestión progresista y que esté menos ligada a JxC. Eso le acerca a la CUP y a ECP. Pero ERC tampoco puede perder de vista lo referente a lo que está pendiente del procès y a los presos, donde tiene la presión de JxC, la CUP y un parte del propio partido.
Puede que se cree una especie de statu quo en el que un gobierno progresista, posiblemente con la presencia de ECP, acuerde un programa de medidas de carácter social y, a la vez, busque una nueva vía de relación con el gobierno central. En este caso, se contemplaría el tratamiento de las personas condenadas por el Tribunal Supremo y, lo que es más difícil, se buscarían fórmulas y/o gestos de cara a admitir algún tipo de consulta en Catalunya. En este caso ECP se convertiría, con sus presencias respectivas, en el puente entre los dos gobiernos.
Una cerrazón de ERC pactando de nuevo con JxC conllevaría un doble estancamiento: en Catalunya, perjudicando la solución de la situación sanitaria y socio-económica; y en relación al conjunto del estado, porque cerraría las puertas a una vía de avance hacia el objetivo no tanto de la independencia, para lo que los números no dan, como de una salida honrosa: presos y consulta.
Y por otra parte, una cerrazón del PSOE, a través del PSC, dificultaría la gobernabilidad del ejecutivo central, que necesita de apoyos constantes para poder mantenerse.
ECP (la coalición donde confluyen Comunes, Podemos, Esquerra Unida i Alternativa...) es el grupo que más está apostando por un govern de izquierdas. Eso fue el eje de su discurso durante la campaña electoral y, coherente con ello y con los propios resultados, está insistiendo para que eso pueda ocurrir.
En el caso de la derecha españolista, Cs ha recibido la puntilla sobre lo que va a ser su futuro. El PP presidido por Pablo Casado, por su parte, sigue fracasando electoralmente, preso de un pasado atestado de corrupción y con la amenaza de Vox por su derecha. Y es aquí por donde viene el peligro, porque sigue avanzando, aun cuando en los casos del País Vasco y Catalunya sólo haya obtenido, respectivamente, un 2% y un 7'7% de los votos, o que la suma de los grupos de la derecha españolista haya sido del 8'7% y el 17%.
Y unas reflexiones para acabar
Buscar el apaciguamiento con el fascismo, como hicieron las potencias occidentales europeas con la Alemania nazi en septiembre de 1938, sólo conlleva que siga avanzando. Al fascismo se le combate con más medidas sociales, que beneficien a la mayoría, y con más democracia, donde están los derechos políticos y civiles, y también, por qué no, las consultas.
Es necesario que se busquen espacios de encuentro de las diferentes izquierdas. Con muchos intereses coincidentes y con discordancias que se puede resolver dialogando. En Catalunya los grupos de izquierda suman el 58% de los votos. En el conjunto del estado, habiendo un mayor equilibrio, hay grupos de la derecha nacionalista vasca o catalana que coinciden en la lucha contra el fascismo.
(Mapa: eldiario.es).