Siendo previsible, mal asunto lo de Íñigo Errejón. El anuncio de su candidatura, con el apoyo de algunos grupos en determinados territorios, supone una mayor fragmentación en el electorado de la izquierda. Posiblemente se haga con votos del PSOE, afectará en mayor medida a Unidas Podemos y, ante todo, abre la puerta para que pueda repetirse lo ocurrido en Andalucía en diciembre pasado y en algunos ayuntamientos y comunidades tras elecciones de mayo.
Está claro lo que representa él y su nueva marca, la de Más País: un espacio político situado entre el PSOE y UP, que no es nuevo y que ha ido aflorando con distintos nombres y diferente dimensión. Sin irnos a los años 80, es el espacio de los llamados renovadores de la IU de los 90 y su derivación en eso de la Nueva Izquierda, que acabó integrada en el PSOE. Ese el espacio de la gente del voto útil y parte del abstencionismo de la primera década del siglo actual. El que hizo posible la enorme irrupción de Podemos cuando saltó a la arena política en 2014. El que aportó buena parte de las primeras deserciones en forma de abstención del voto desde el electorado de este grupo cuando se formó en 2016 UP, entonces en masculino.
Es el espacio del Errejón que fue derrotado internamente en Podemos en dos ocasiones. Se mostraba como el moderado, el de la transversalidad, el del diálogo... Pese a lo cual fue mimado en su partido hasta el punto que le ofrecieron ser el candidato en la Comunidad de Madrid.
Pese a ello, apostó por un proyecto propio al lado de Manuela Carmena. Consiguió llevarse la mayoría del electorado de Podemos en las elecciones municipales y autonómicas de Madrid, quizás porque mucha gente creyó que Carmena, desde el Ayuntamiento de la capital, proponía la continuidad de un gobierno progresista. Se olvidaba esa gente que la actitud de Carmena, acompañado de Errejón, suponía, desde la equidistancia entre la izquierda de UP y el PSOE, algo más peligroso. En la batalla electoral ocupó un lugar central el proyecto urbanístico de Madrid Norte y se minimizó por parte de Carmena y Errejón la defenestración del concejal de Economía, Carlos Sánchez Mato. Artífice, este último, del saneamiento financiero del ayuntamiento de la capital, la moderación de Carmena la llevó a contentar a Montoro y su disciplina presupuestaria.
Y al final, con la derecha gobernando en la Comunidad y el Ayuntamiento, el proyecto Madrid Norte ha sido aprobado con el apoyo de PP, Cs, Vox, PSOE y el Más Madrid de Errejón, Carmena y compañía.
Es el espacio del Errejón que fue derrotado internamente en Podemos en dos ocasiones. Se mostraba como el moderado, el de la transversalidad, el del diálogo... Pese a lo cual fue mimado en su partido hasta el punto que le ofrecieron ser el candidato en la Comunidad de Madrid.
Pese a ello, apostó por un proyecto propio al lado de Manuela Carmena. Consiguió llevarse la mayoría del electorado de Podemos en las elecciones municipales y autonómicas de Madrid, quizás porque mucha gente creyó que Carmena, desde el Ayuntamiento de la capital, proponía la continuidad de un gobierno progresista. Se olvidaba esa gente que la actitud de Carmena, acompañado de Errejón, suponía, desde la equidistancia entre la izquierda de UP y el PSOE, algo más peligroso. En la batalla electoral ocupó un lugar central el proyecto urbanístico de Madrid Norte y se minimizó por parte de Carmena y Errejón la defenestración del concejal de Economía, Carlos Sánchez Mato. Artífice, este último, del saneamiento financiero del ayuntamiento de la capital, la moderación de Carmena la llevó a contentar a Montoro y su disciplina presupuestaria.
Y al final, con la derecha gobernando en la Comunidad y el Ayuntamiento, el proyecto Madrid Norte ha sido aprobado con el apoyo de PP, Cs, Vox, PSOE y el Más Madrid de Errejón, Carmena y compañía.
En fin, eso es Errejón y lo que pretende ser su Más País. Aviso, pues, para navegantes.