Se está hablando de que la presencia de los huesos de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera en el Valle de los Caídos tienen los días contados. Las declaraciones de Pedro Sánchez apuntan a la voluntad del gobierno para que sean exhumados sus restos. Cuenta con la mayoría parlamentaria, incluido el apoyo de Ciudadanos. Si es así, podemos decir que "por fin" después de tantos años. No debemos olvidar que el PSOE gobernó con mayoría absoluta (1982-1989) o con los apoyos necesarios para haber tomado la medida (1989-1996 y 2004-2011).
La controversia tiene en el seno de la Iglesia Católica un ángulo no desdeñable. Hay diferencias importantes sobre quién tiene la potestad acerca del destino de los restos mortales. Para el prior de la orden benedictina que los custodia no hay duda que recae en él y hasta ahora ha reiterado su negativa a conceder el permiso. Ya lo hizo sobre los restos mortales de personas allí depositadas sin el consentimiento de sus familiares. Por otro lado, el presidente de la Conferencia Episcopal española, Ricardo Blázquez, mantiene una posición dialogante. En fin, el eterno dilema no resuelto entre lo del César y lo de Dios.
De llevarse a cabo la exhumación, el debate estaría en el futuro del Valle de los Caídos. Hay opiniones muy diversas y contrapuestas. Una parte importante tiende a que sea convertido en un lugar de la memoria, sea cual fuere la forma en que se concretara. Sobre le cambio del nombre parece que hay un mayor consenso. Esto es, quitarle su connotación fascista para dejarla en su original topónimo de Cuelgamuros. Hace un par de días el historiador Nicolás Sánchez Albornoz declaró que lo mejor es que "desaparezca por la acción de la naturaleza". Con algo más de veinte años llegó a trabajar en su construcción como recluso y llegó a protagonizar una fuga que se hizo famosa. Sabe de lo que habla.