El hallazgo
en abril de una fosa común donde enterraron en 1938 a numerosos muertos de una
fuga masiva en el Fuerte de San Cristóbal, cerca de Pamplona, ha vuelto a poner
de actualidad lo ocurrido a partir del 22 de mayo, que fue el día en que se
inició. También acaba de reeditarse la obra de Fermín Ezkieta, Los fugados del Fuerte de Ezkaba (2013),
que junto a la de de Félix Sierra e Iñaki Alforja, Fuerte de San Cristóbal 1938. La gran fuga de las cárceles franquistas
(2006), ha estudiado minuciosamente el hecho.
La fuga del
Fuerte de San Cristóbal, también llamado Fuerte de Ezkaba, fue tan masiva, que
llegó a conocerse como "la gran evasión". Y tuvo tanta trascendencia,
que la prensa de EEUU y el Reino Unido llegó a reflejarla en sus páginas, como
hicieron The New York Times, The Guardian o The Times.
Los datos
que aportan las investigaciones realizadas, resultan entre sorprendentes y
dramáticos. Lo primero, por la dimensión, dado el elevado número de personas
afectadas. Y lo segundo, por el elevado número de víctimas. En el momento de la
fuga había 2.487 presos, si bien a lo
largo de esos años llegaron a pasar por la fortaleza 4951. Se fugaron 795, pero
acabaron siendo capturados 584. Fueron abatidos cuando transitaban por el
monte, camino de Francia, 207. Sólo 3 lograron pasar la frontera. Quienes
fueron capturados, tuvieron que pasar por los correspondientes consejos de
guerra, acabando 14 fueron de ellos fusilados, acusados de haber organizado la
fuga.
Pues bien,
entre los presos que estuvieron en el Fuerte de San Cristóbal se encontraba un
barbateño: José Prieto Gutiérrez. Poco sabemos de él, salvo la información encontrada
en las páginas electrónicas Todos (…) los nombres, cuyos datos provienen de la obra de Sierra y Alforja; Fuerte de San Cristóbal-Txinparta, también con la obra de Sierra y Alforja como fuente;
y Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, donde se reproduce el listado de presos que pasaron entre 1936 y
1943, contenidos en Episodios de
terror durante a Guerra Civil na provincia de Pontevedra (2007), de G.
Amodeo y R. Gil.
A través de
las mismas podemos acercarnos a nuestro personaje, del que nos indican que
había nacido en Barbate y era marinero. Ignoramos cómo pudo llegar al norte de
España, pero lo cierto es que el 1 de septiembre de 1937 fue condenado a 12
años de cárcel por un tribunal militar de San Sebastián, acusado de “auxilio a
la rebelión”. Por esa razón fue recluido
en el Fuerte de San Cristóbal, donde estuvo entre el 12 de enero y el 15 de
septiembre de 1938. Teniendo en cuenta esta última fecha y el hecho de que no
conste el haber sido juzgado por un consejo de guerra, no debió de estar entre
los fugados. La salida del Fuerte estuvo acompañada, como consta en la
información obtenida, de su trasladado a otra prisión, esta vez en Galicia y, más
concretamente, en la Colonia Penitenciaria de la Isla de San Simón, en la ría
de Vigo. Sin embargo, en la consulta que hemos hecho sobre las personas que
estuvieron recluidas durante esos años no aparece su nombre.
José Prieto
Gutiérrez pudo ser uno de tantos marineros que huyeron, bien desde Barbate o
bien desde los caladeros de pesca donde estuvieran trabajando, cuando se dio el
golpe militar de julio de 1936. Sabemos que bastantes lo hicieron desde Tánger,
desde donde se dirigieron en mayor medida a Málaga. Iniciaron, así, un periplo de
participaciones en distintos frentes de guerra, que culminó en casi todos los
casos, cuando acabó la contienda, con su paso por algún campo de concentración
y el posterior enjuiciamiento por un consejo de guerra.
Su caso, del que ignoramos todo aquello que vaya más allá de lo que hemos expuesto, pudo ser parecido. No podemos añadir nada más, porque sería hacer conjeturas sin ninguna base. Saber lo
que le ocurrió a partir del 15 de septiembre de 1938, cuando debió ser
trasladado a la Isla de San Simón, y si cumplió la pena que le impusieron, que
expiraba en 1949, por ahora no tiene respuestas.
José Prieto
Gutiérrez fue, en fin, una más de las víctimas del fascismo, el mismo que
provocó el estallido de una guerra en 1936, que reprimió con extrema dureza a quienes
defendieron la República y que intentó que se borrara el recuerdo de lo
ocurrido y de sus víctimas.
(Esta entrada también ha sido publicada en la página electrónica del Ateneo Republicano de Barbate).
(Esta entrada también ha sido publicada en la página electrónica del Ateneo Republicano de Barbate).