El
año 2016 llega a su fin. Uno más de un proceso que parece eterno. El otro día,
paseando por la Breña de Barbate, vi una flor amarilla preciosa, de color
radiante. Quizás una margarita. Estaba junto a la Torre del Tajo, un paraje
acantilado impresionante de la costa atlántica gaditana. Parecía escondida
entre el matorral que acompaña al bosque de pinos piñoneros que componen el
parque natural. En una estación en que parece que se detiene el colorido de la
naturaleza, me impresionó la luz que desprendía. Quizás dejando ver que pronto
llegará la primavera. La esperanza, en suma, de lo que ha de ser la naturaleza
encendida en su plenitud. Quizás dejando ver la esperanza de que todo cambie a
mejor. ¡Feliz 2017, con salud, trabajo, amor y dignidad! Lo deseo para la
gente, pero en especial la más castigada: por la guerra, la pobreza, la falta
de un empleo, el trabajo precario, los maltratos, la emigración forzada...