Hace unos días saltó la noticia de dos nuevos corruptos ligados al PP. En este caso se trata de Pedro Gómez de la Serna, diputado por Segovia, y Gustavo de Arístegui, actual embajador de España en la India. Las acusaciones están relacionadas con el cobro de cuantiosas comisiones desde hace varios años (se está hablando que desde 2000), con cantidades que alcanzan los 15.000 euros mensuales, según publican diversos medios de comunicación. Las empresas pagadoras pertenecen al ramo de la construcción, en su mayoría españolas que actúan en el extranjero, siendo las receptoras sociedades privadas registradas como consultoras, en las que figuran De Arístegui y De la Serna como socios.
Las primeras reacciones de esas dos personas han sido las de defender la legalidad de sus actuaciones, negando que sean incompatibles con sus actividades políticas. De Arístegui, antes de de ser embajador, fue alto cargo en el gobierno de Aznar y desde 2000 diputado en el Congreso por varias provincias, llegando a ostentar la portavocía en la comisión de Exteriores. De la Serna ha llegado a la política institucional más tardíamente, en 2011, pero desde el mundo de la empresa. Se trata de un conocido lobista, receptor por ello de comisiones, al que incluso se le ha relacionado con asuntos oscuros como la financiación de Libertad Digital o la trama Gurtel.
El revuelo creado en el seno del PP ha sido grande y por ello están presionando sobre los involucrados para que dimitan de sus cargos. Esta tarde se ha anunciado la dimisión de De Arístegui, que tiene un expediente abierto en el ministerio de Asuntos Exteriores. Por su parte De la Serna se está resistiendo a renunciar a su puesto en la candidatura del PP por Segovia, pese a las reiteradas peticiones.
En definitiva: suma y sigue.