Hoy se ha
debatido en el Congreso una proposición de ley del PP para modificar la
Ley Orgánica del Poder Judicial. Se evita así
que el gobierno presente un proyecto de ley, cuyo procedimiento, aunque más
largo, supondría un mayor grado de control, al tener que emitir los
correspondientes informes órganos como el Consejo General del Poder Judicial,
el Consejo de Fiscales o el Consejo de Estado. La propuesta del PP busca limitar
las actuaciones judiciales a responsables que sólo tengan la nacionalidad española.
No debemos
olvidar que la jurisdicción universal ha sido la base legal para poder actuar
en casos como la detención en Londres en 1998 de Augusto Pinochet o la causa
abierta por una jueza argentina por crímenes cometidos durante la guerra civil
y el franquismo. Con la modificación
legal del PP se impediría que se pudiera seguir investigando y juzgando a
quienes han cometido graves delitos en forma de crímenes contra la humanidad,
crímenes de guerra, desapariciones forzadas, torturas, genocidio, etc.
En la práctica
paraliza varios casos abiertos por la justicia española. Se está hablando que
la iniciativa del gobierno obedece a las presiones del gobierno chino, después
que un juez de la Audiencia Nacional ,
Ismael Moreno, haya iniciado el procesamiento de Jiang Zemin, acusado de
genocidio en Tibet. Pero no sólo es eso. No debemos olvidar, en primer lugar, las
presiones más o menos veladas del gobierno de EEUU por el caso Couso. Este
gobierno, además, está involucrado en numerosas acciones contrarias al derecho
internacional, como ocurre con las numerosas detenciones de la base de
Guantánamo. Existen más casos en curso, como las acciones de Israel en Gaza, de Marruecos en el Sáhara
Occidental, del ejército salvadoreño en el asesinato de Ignacio Ellacuría y
cuatro religiosos… En Público puede leerse un interesante artículo sobre los casos que se verían afectados.
La oposición a
la propuesta del PP es, una vez más, muy amplia, pues ningún otro grupo
parlamentario la apoya. Numerosas asociaciones de derechos humanos han
manifestado su rechazo, destacando la Asociación pro Derechos Humanos, Human Rights
Watch o Amnistía Internacional. Desde esta última se ha advertido que “no
podemos permitir que los autores de crímenes de derecho internacional se
conviertan en “intocables” y puedan refugiarse impunemente, sin que el gobierno
español haga nada”. También entre las asociaciones de la magistratura se han
expresado, cuando menos, críticas, siendo Jueces para la Democracia la que lo ha
hecho con mayor rotundidad su oposición.
La familia del
periodista José Couso, víctima mortal del ejército estadounidense en 2003
cuando se inició la guerra de Irak, está desarrollando una labor muy intensa
para esclarecer lo ocurrido. Un hermano ha declarado que la modificación de la
ley “es un torpedo dirigido contra la separación de poderes que marca nuestra
Constitución, y un golpe mortal a la independencia del poder judicial. Cuando
los jueces toman decisiones que no gustan al Gobierno, se les persigue o, como
ha ocurrido en el caso de la investigación sobre el asesinato de mi hermano, se
cambia arbitrariamente la ley para impedirles continuar con su trabajo”.