jueves, 21 de marzo de 2013

El espejismo del crecimiento de la última década

Ha aparecido un nuevo un informe de Foessa/Cáritas, esta vez con el título Desigualdad y derechos sociales. Análisis y perspectivas 2013. No tiene desperdicio. Se realiza un análisis de la sociedad española durante la última década tomando como referencia diversas variables y los resultados resultan demoledores. Se habla por ello de una década perdida. 

Renta nacional

En 2011 estamos en el mismo nivel que en 2000: 13.000 euros, con un máximo en 2007. La desigualdad en la distribución ha aumentado, con el agravante de que se ha producido el hundimiento de las rentas más bajas. Se alerta del riesgo de enquistamiento.

Ocupación

Después de un crecimiento ininterrumpido del empleo desde 1994 hasta 2007, pasando de 12,5 millones a 20 millones, los últimos años han conocido un descenso brusco, con 15 millones de empleos en 2012.

Las tasas de desempleo, que oscilaron entre el 100% en 2001, el 12% en 2003 y el 8% en 2007, ha alcanzado en 2012, con el 26%, a algo más de la cuarta parte de la población activa. El paro juvenil resulta preocupante, no sólo por su aumento, sino porque éste lo ha hecho también en duración. Y en el caso de los hogares que tienen a todos sus miembros en paro, se ha cuadruplicado en cuatro años. 2,5% en 2008 y 10,6% en 2012.

Pobreza

Hay un frase que resulta muy ilustrativa de la realidad que estamos viviendo: "no existen precedentes previos de aumento de la pobreza en un intervalo temporal tan breve". La tasa es del 7%, siendo de las más altas de la UE, que la tiene del 2%. La pobreza severa se ha duplicado en cinco años, pasando de 300.000 hogares en 2007 a 630.000 en 2012. El empobrecimiento de determinados sectores de la población es creciente, siendo superior a la media de la UE.

Derechos sociales

El gasto social ha estado situado entre 2011 y 2011 en el 25%, habiendo aumentado al 29% entre 2009 y 2010. En relación a la media europea estamos por debajo, habiendo pasado del 80% en 2007 al 87% en 2011. Pero  conviene recordar que ese aumento no se debe al correspondiente en las prestaciones en educación, salud o dependencia, que han bajado considerablemente, sino a las prestaciones de desempleo. En todo caso, existe una diferenciación en el acceso a los derechos sociales.


La reforma laboral de 2012 ha supuesto un recorte sustancial en la protección del trabajo. La cobertura del desempleo, por su parte, ha disminuido. El salario mínimo se ha estancado. Las pensiones se han desligado de la inflación. Los desahucios van en aumento, si bien la movilización ciudadana está produciendo resultados positivos inesperados.

El gasto educativo ha conocido un descenso pronunciado, lo que está afectando en mayor medida a los sectores más vulnerables al fracaso escolar. Y en cuanto a la prestación a las personas dependientes, se ha reducido el gasto público.