miércoles, 5 de diciembre de 2012

Menos por Mas y más de lo mismo

Muchas cosas se pueden decir sobre los resultados electorales del pasado 25 de noviembre en Cataluña. Voy a exponerlas, a modo de apuntes postelectorales y atendiendo a distintos aspectos. 

Resultados

Grupos políticos

CiU ha ganado con el 30,7% de los votos, pero bastante por debajo de las previsiones de conseguir mayoría absoluta y de rentabilizar la movilización de la Diada; ha perdido cerca de 50.000 votos, pese al aumento general de votantes, y 12 escaños.

El PSC, con el 14,4%, ha frenado algo una bajada que se preveía más estrepitosa, pero ha perdido también unos 50.000 votos y 8 escaños; es la segunda fuerza en votos, pero la tercera en escaños.

ERC, con el 13,7%, ha rentabilizado el aumento del sentimiento independentista; por ello ha más que duplicado sus votos, subiendo en 275.000; en escaños ha pasado de 10 a 21, que le ha convertido en la segunda fuerza en el Parlament.

El PP ha subido en 85.000 votos y un escaño, pero no ha conseguido el objetivo de ser la segunda fuerza, manteniéndose como la cuarta con el 13%. 

ICV-EUiA ha obtenido el 9,9% de los votos; ha aprovechado el descontento social, lo que le ha supuesto un fuerte ascenso de 130.000 votos y pasar de 10 a 13 escaños.

Ciutadans, con el 7,6%, se ha beneficiado de la caída del PSC, casi triplicando los votos y pasando de 3 a 9 escaños. 

Las CUP han entrado por primera vez en el Parlament con 3 escaños, gracias a los 126.000 votos obtenidos, que repersentan el 3,4%.

Fuera ha quedado Solidaridad Catalana por la Independencia (1,3%), que obtuvo 4 representantes hace dos años, ahogada entre el voto más útil a CiU y el independentismo más coherente de ERC.

El partido xenófobo CxC (1,7%) también se ha quedado fuera con 60.000 votos, 15.000 menos que hace dos años, en parte víctima de la mayor utilidad del voto hacia el PP. 

Bloques de identidad/soberanía

Los grupos nacionalistas catalanes (CiU, ERC, CUP y SI) suman 1.781.000 votos, que representan el 49,2%, medio punto más que en 2010; si nos atenemos al componente soberanista, añadiendo en este caso a ICV-EUiA, suben a 2.140.000 votos, esto es, al 59%; hace dos años representaban el 48,7% y el 56,1%, respectivamente; en el parlamento tienen 74 escaños y con ICV-EUiA, 87; es decir, el 54,8% y 64,4% de los escaños, respectivamente.

Los grupos explícitamente españolistas (PP, C'S, CxC, UPyD) han conseguido 821.000 votos, no llegando a la cuarta parte del electorado (22,6%), aunque hace dos años estaban en el 18,2%; si añadimos el PSC, que no se ha mostrado como soberanista, y pequeños grupos de izquierda, suman 1.362.000 votos, es decir, el 37,3%; hace dos años eran el 36,6%; por escaños tienen 28 y 48 escaños, respectivamente; esto es, el 20,7% y el 35,6%.

Bloques político-ideológicos

Los grupos de izquierda representan el 41,7% de los votos, lo que supone una subida de nueve puntos sobre 2010, en que obtuvo el 32,8%.

Los grupos de derecha representan el 54,6%, aunque han bajado unos tres puntos sobre 2010, cuando llegaron al 59,9%.

Las encuestas

Han fracasado todas. Incluyendo el sondeo a pie de urna el día de las elecciones. De institutos oficiales (el CIS del gobierno central y el CEO de la Generalitat) y de empresas demoscópicas privadas encargadas por los medios de comunicación barceloneses, madrileños e incluso del londinense The Guardian

Ninguna encuesta ha sabido detectar la caída de CiU. Tampoco que la del PSC acabara siendo menor. En torno a ERC han estado bastante por debajo de las previsiones. Con el PP han atinado más, pero en todos los casos se le situaba disputando el segundo puesto. A ICV-EUiA se le han asignado en general menos escaños de los obtenidos. Con las CUP han bailado sobre si entraba o no en el parlamento. En definitiva, un fracaso. Y no sirve decir que la gente engaña o esconde su opción. Como se sabe, todas las encuestas se cocinan. En este caso, según el signo político del medio, se ha tirado para la fuerza que interesaba.   

Una interpretación de los resultados

Lo que ha habido sobre todo ha sido una recomposición de los votos sobre todo dentro de cada bloque identitario: los perdidos por CiU y SI los ha recogido ERC, que puede haber obtenido también sufragios de nuevos votantes y abstencionistas; los perdidos por el PSC se han orientado sobre todo a C'S, pero también los ha repartido, según su carácter, entre ERC (los más nacionalistas), ICV-EUiA (por la izquierda) y también PP (los más españolistas); éste se ha beneficiado además de las pérdidas de CxC y seguramente de abscencionistas. 

CiU ha perdido su apuesta de capitalizar la ola independentista que afloró la Diada; la parte del electorado  más nacionalista y, a la vez, más crítico con lo que representa y ha expresado además en su acción de gobierno ha preferido a ERC; la situación la tiene ahora difícil y más cuando desde UDC se están oyendo voces críticas hacia Mas y el CDC. 

ERC tiene el reto de resolver una situación difícil; de él depende cierta estabilidad institucional, que dará a cambio de la consulta a la población; el problema deriva de lo que haga en relación a la política económica; Joan Tardá fue claro el otro día cuando marcó sus límites como opción de izquierda (La Tuerka)

El PSC tiene un panorama muy difícil: está dividido internamente entre el sector más catalanista (perdedor en el congreso previo a las elecciones) y el más españolista; su mensaje ha sido muy confuso, sin atreverse a la apuesta soberanista, que reclamaba el sector catalanista, y con un federalismo poco creíble; esta crisis de identidad la ha pagado con una fuerte pérdida de votos, aunque finalmente atenuada; no podemos olvidar tampoco la crisis general del PSOE, que se ha reflejado en los desastres electorales de las generales de 2011, las gallegas o las vascas, paliadas en Asturias y Andalucía.

El PP ha centrado su campaña en la crítica frontal al nacionalismo catalán y especialmente al órdago lanzado por Mas; esto le ha reportado cierto crecimiento en el voto españolista de claro carácter centralista; pero le ha alejado de sectores que antes votaban al PSC.

Ciutadans se ha aprovechado mucho de la debacle socialista dando una imagen más progresista; defienden una situación de statu quo en el modelo territorial del estado, mostrándose autonomista y muy distante del centralismo del que hace gala UPyD. 

ICV-EUiA se ha presentado como el referente de izquierda, intentando parecerse a la Siryza griega; tampoco se ha  olvidado de su compromiso soberanista; su crecimiento ha sido importante, pero sigue siendo la quinta fuerza del parlamento catalán.

Las CUP se han presentado como la fuerza  más radical por la izquierda y dentro de los parámetros del independentismo, en el que incluye su referencia a los Paises Catalans; su acción política desde la base, muy relacionada con los movimientos sociales (15M, antidesahucios...) le ha reportado el apoyo de sectores del electorado radicalizados.         

El Parlament ha quedado muy fragmentado: lo componen siete fuerzas políticas y ninguna con mayoría; hay dos bloques definidos desde los ejes de soberanismo / no soberanismo, e izquierda / derecha; son mayoritarios el soberanista y el de la derecha, pero en su conformación, se entrecruzan sus componentes, lo que dificulta cualquier opción de gobierno; esto supondría que entre el bloque soberanista podría acordarse una consulta al pueblo, pero resultaría imposible converger en la política económica; entre el bloque de la derecha se seguiría dentro del modelo neoliberal, pero el PP rechazaría de plano la consulta.

En definitiva: aunque el varapalo a CiU le ha impedido alcanzar su objetivo de tener la mayoría absoluta para capitalizar el proceso soberanista, el bloque de  la derecha sigue siendo el mayoritario; el avance de la izquierda ha sido insuficiente y está limitado por la naturaleza de uno de sus grupos, ERC, en el que prima más lo nacional que lo social. 

Una mirada por el resto del estado

En Galicia ganó la derecha, con el PP acaparando todo ese campo; en el País Vasco también lo ha hecho la derecha, pero dentro de la complejidad de un mapa político que tiene al PNV como primera fuerza y una presencia menor del PP y UPyD; y ahora en Cataluña la derecha también se impone a través de CiU y PP. 

No creo que decir menos Mas, pero más de lo mismo, que es menos, sea una tontería. Malos tiempos para la lírica.   


Post data

Ignoro el alcance político que tendrá la reforma educativa del gobierno. En la Conferencia Sectorial de Educación la consejera catalana abandonó ayer la reunión por considerar inadmisible lo referido a la lengua catalana, obligando a la administración pública a pagar centros privados al alumnado que quiera estudiar en castellano. No olvidemos que el ministro Wert llegó a decir no hace mucho que tenía "interés en españolizar a los niños españoles". La propuesta de reforma tiene además otros aspectos altamente polémicos. Todo sigue igual.