Se acaba de publicar el "Barómetro de Opinión Pública de Andalucía", realizado por el IESA, un organismo dependiente del CSIC. En el apartado correspondiente a la intención de voto -poco trabajado, lo que no da una dimensión muy clara del actual estado de opinión política- se refleja la existencia de algunos cambios en el mapa político andaluz. Grosso modo, el PP perdería unos diez puntos, bajando sus apoyos al 30%; el PSOE se mantendría en torno al 39%; IU subiría unos 5 puntos, pasando al 16%; UPyD también subiría, del 3,3% al 5,8%, lo que le permitiría entrar en el Parlamento andaluz; y el PA seguiría hundido, con poco más de un 3%.
¿Qué está reflejando el barómetro? En primer lugar el claro desgaste del PP, que hace un año obtuvo casi el 46% de los votos en Andalucía, rompiendo una larga trayectoria de derrotas electorales. El PSOE, por su parte, mantiene su nivel porcentual en apoyos, pero no, como se está diciendo, sus apoyos. Porque ¿dónde van a parar las pérdidas del PP? Teniendo en cuenta las limitaciones del barómetro, considero que esas pérdidas irían en mayor medida a UPyD (su 2,5% de subida) y al propio PSOE. Se trata del sector de la sociedad andaluza más centrista y moderado, el mismo que aupó al PP a la primera posición en las generales de noviembre de 2011 y que meses después, en marzo, le retiró parte de su apoyo, impidiendo que obtuviera la mayoría absoluta. El PSOE, a su vez, estaría viendo cómo parte de su electorado pasaría a IU, cuya subida se nutriría sobre todo de votantes de izquierda. Este grupo sería, así, el principal beneficiario de la situación. Lejos, eso sí, de sus intenciones de acercarse más al PSOE y convertirse en un sólido referente de la izquierda.
Sobre esto último el barómetro sí ofrece una información que no debemos desdeñar, derivada de la autoubicación política-ideológica que hacen las personas encuestadas. Quienes lo hacen en la izquierda no llegan al 9%, sumando el 32% junto a quienes lo hacen en el centro-izquierda (23,5%). En el centro se sitúa la tercera parte, y entre el centro-derecha y la derecha suman el 12%. Hace cinco años (según el Estudio 2678 del CIS, de marzo de 2007) la izquierda (5,2%) y el centro-izquierda (32%) sumaban el 37%, frente al 24% del centro y el 9% del centro-derecha (7,6%) y la derecha (1,7%). Ha habido, en primer lugar, un desplazamiento hacia la izquierda (casi 4 puntos), pero un fuerte retroceso del centro-izquierda de casi 15 puntos, que en conjunto casi pierden 12 puntos. Por el contrario, suben tanto el centro político, con 7 puntos, como el centro-derecha, con 5 puntos.
Lo que se puede observar en Andalucía, en suma, es un proceso de derechización político-ideológico, si bien en la expresión política parece que la población optaría por los grupos de centro-izquierda (PSOE) e izquierda (IU). En parte ya lo hizo en marzo, cuando un sector importante de votantes del PP en las generales de 2011 prefirió que este partido no gobernara. Como ya apunté en otra ocasión, las medidas que el gobierno central estaba empezando a tomar ahuyentaron el previsible apoyo. Ahora, lo que estaría ocurriendo sería seguir dejando las riendas del gobierno andaluz en manos del PSOE, aun cuando la presencia de IU aporte cierta radicalidad. Este grupo, a su vez, ve cómo su presencia en el gobierno no le estaría restando votos, sino todo lo contrario.
Pese a la gravedad de la situación que se está viviendo, queda lejos una actitud de rebeldía más amplia. No hay que hacerse tampoco ilusiones con el rechazo al PP. El miedo está fuertemente instalado en la sociedad andaluza.