Cayetano, que se llama como su madre, es conde de Salvatierra. No heredará el título de la casa, por ser el quinto en el escalafón de la progenie, pero sí participa del patrimonio de la familia. Fue famoso en su día como jinete de equitación en pruebas de alta competición, manteniendo todavía, al parecer, buena forma en la monta de los caballos. También lo fue cuando joven por sus amoríos con muchachas de buen ver, lo que le hizo protagonista de primera en los medios rosas de la comunicación.
Cayetano está siendo motivo de atención en los medios de comunicación por unas declaraciones suyas hirientes acerca de las gentes de Andalucía y, más particularmente, las jornaleras. Pues resulta que el jinete famoso y conde de Salvatierra no se le ha ocurrido otra cosa que decir en el programa “Salvados” de La Sexta -corroborando lo que dijera hace unas semanas Josep Antoni Duran i Lleida acerca de las subvenciones a las familias jornaleras- que en Andalucía no se quiere progresar, que se trabaja poco y demás tópicos. No le han faltado frases que, resultando más que rocambolescas, dan fe de su catadura moral, como que “no nos hemos arruinado nunca porque nunca hemos sido ricos” o “tenemos que mantener a 250 familias”. Y una perla de puro ingenio negro. Cuando intentaba salir del paso de las insinuaciones del entrevistador sobre el forma como se formó el patrimonio de la familia, mostró su deseo de vivir en el medievo para de esa forma poder dirimir los contenciosos de una forma contundente: “solos, tú y yo, y a ver quién puede más con la espada”.
Valiente caballero es Cayetano, pero mayor es su caradura.