Hablando este mediodía con mi hermano Juan Miguel sobre la entrada que he dedicado a la canción "El burro de Villarino", me ha recordado que Tomás Bretón (conocido músico salmantino de finales del siglo XIX y principios del XX, autor de la famosa zarzuela La verbena de la Paloma), introdujo esa canción en una de sus obras. Y raudo me he puesto a indagarlo, con un resultado positivo. En efecto, en su poema sinfónico Salamanca, de 1916, puede oírse durante aproximadamente un minuto (concretamente, a partir del 6'15'') la melodía de nuestro querido burro. La pieza musical está estructurada en tres partes, que se corresponden con temas del cancionero salmantino recopilado por Dámaso Ledesma, estando el tercero dedicado a una riverana. La melodía se percibe primero a través del sonido de un oboe; luego, de una flauta dulce; y como colofón, del conjunto de la orquesta, para finalmente irse diluyendo en la vorágine de la composición. Quede, pues, la muestra de cómo una canción popular mereció ser recordada por un insigne compositor.