miércoles, 1 de mayo de 2024

3 poemas para un 1 de mayo


Preguntas de un obrero ante un libro

Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿adónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II venció la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la venció, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién pagaba sus gastos?

Una pregunta para cada historia.

(Bertolt Brecht)


Lucha de clases

No todos los que construyeron las catedrales vieron lo mismo.
Unos irguieron torres y pináculos a la luz del sol
y llegaron al cielo; otros, hundidos en las criptas,
pintaron infiernos a la luz de las velas, dejando en el suelo
el lugar para los más anónimos de los muertos. Los
que llegaron a la cima, recibieron la mirada divina y
vieron el júbilo de las madrugadas primaverales; los
que quedaron en el fondo, arrancando a la humedad de las paredes
el gesto alucinado de los demonios, intercambiaron
obscenidades y enfermedades. No obstante, la catedral
es única, y quien la visita, apreciando la totalidad que, dicen,
nació de una visión del absoluto, no piensa
en pormenores. ¿Qué importancia tienen para nosotros
los que trabajaron en la sombra, perdiendo la luz de los ojos con el
minucioso dibujo, arrancando a lo oscuro, si lo que hoy se ve
es ese contorno en que la piedra trabaja el cielo? Así,
se concluye, que es de la desigualdad que nace
la armonía, y es el desorden humano que hace brotar,
de la nada, todo lo que admiramos.

(Nuno Júdice)


El sueño

Los gérmenes poéticos del sueño resultaron ser, no como los pobres profesores, los mezquinos críticos realistas trataron de hacernos creer, un nuevo paraíso inalcanzable, un espejismo, sino los gérmenes nocivos y actuante, los útiles reactivos para corroer la infame realidad. El sueño no es un refugio sino un arma.

Los malos instintos de libertad danzan su ronda diabólica. ¡Fuera la conformidad, la resignación, la medianía!. En su esputo negro ahóguense los bellacos, los explotadores, los que aprovechan la miseria de los más, y la maldita clerigalla, y el abominable espíritu religioso, y los fantasmas cristianos, y los mitos del capital, y la familia burguesa, y la patria infamante.

La libertad del hombre, es decir, el sueño acuñado en la realidad, la poesía hablando por la boca de todos y realizándose, concreta y palpable, en los actos de todos.

(Emilio Adolfo Westphalen)