Después de 46 años, a punto de los 47, ha sido localizada la persona que fue autora de los disparos que provocaron la muerte del Arturo Ruiz, un joven antifascista de 19 años, simpatizante de la Joven Guardia Roja, que estaba participando en una manifestación por la amnistía en Madrid. Fue la primera de las siete muertes habidas en los días 23 y 24 de enero de 1977, incluyendo a los cinco abogados laboralistas de la calle de Atocha y a la estudiante Mari Luz Nájera. Los crímenes estuvieron insertos dentro de la estrategia de la tensión que se organizó desde las cloacas del estado en pleno proceso de Transición, en la que participaron como autores elementos fascistas españoles y de otros países (Italia, Argentina...), así como miembros de las fuerzas del orden público. Ese momento fue reflejado en el cine dos años después por Juan Antonio Bardem en su genial y emotiva película Siete días de enero.
Desde el primer momento se supo que José Ignacio Fernández Guaza había estado involucrado en la muerte de Arturo Ruiz, pero se desconocía su paradero, después que recibiera la ayuda de miembros de las fuerzas de seguridad del estado para escapar y ocultarse. Fue ayer cuando el diario El País ha publicado un artículo, firmado por José María Irujo y Joaquín Cid, en el que se desvela que ha estado viviendo en varios países de América Latina, residiendo en la actualidad en Buenos Aires.
Esta maña he recibido un correo del Archivo de la Transición en el que se adjunta el comunicado que ha publicado el Colectivo de los Olvidados de la Transición. Por su interés lo reproduzco a continuación en su totalidad.
El asesino de Arturo Ruiz ha de ser
juzgado por crímenes de Lesa Humanidad
Tras 46
años el asesino de Arturo Ruiz ha sido localizado en Buenos Aires. Después de
perpetrar el asesinato, el 23 de enero de 1977, José Ignacio Fernández Guaza
huyó con la colaboración directa, según sus propias palabras, de la Guardia
Civil y la CRS francesa.
Fernández
Guaza portaba un pasaporte falso, suministrado por los servicios de seguridad
españoles, que le permitió residir en Argentina y Paraguay durante las
dictaduras militares que se establecieron en ambos países. Entonces, el
ministro del interior español era Rodolfo Martín Villa.
Este
individuo hijo de un militar falangista, amigo del presidente de gobierno
franquista Luis Carrero Blanco, se jacta de sus excelentes relaciones con la
policía, en particular con el torturador Antonio González Pacheco (Billy el
niño) y reconoce que ha vivido plácidamente gracias a las autoridades
españolas.
También ha
relatado que incluso en 1979, en Argentina, recibió la visita de funcionarios
de la Presidencia de Gobierno que le preguntaron si iba a seguir “trabajando”.
Asimismo el
asesino de Arturo confiesa que mantuvo una reunión en Paraguay con agentes de
la Interpol, con los que llegó a un acuerdo para mantenerse fugado de la
justicia.
Por otra
parte manifiesta que tuvo contactos con el embajador de Paraguay en España y
que tuvo hilo directo con un jefe de contrainteligencia y con Blas Piñar.
Con la
impunidad que le otorgan las autoridades españolas, este criminal reconoce que
participó en el plan sistemático y criminal que el poder franquista estableció
para acabar con la vida de todas aquellas personas que reivindicaban la ruptura
directa y total con la dictadura.
Participó
en los asesinatos de Montejurra (1976), tuvo contactos con los neofascistas
italianos de Stefano Delle Chiaie, vinculado a varios asesinatos en España, y
también estuvo relacionado con organizaciones fascistas que cometieron sendos
crímenes durante la transición y cuyos jefes se escondieron en Brasil. Reconoce
que alguno de los asesinos de Atocha huyeron, como él, con documentación falsa
suministrada por los servicios policiales de España.
Hace unas
semanas la Audiencia Nacional dictaminó que el asesinato de Arturo Ruiz no fue
debido a la dictadura franquista, las declaraciones de este asesino, Fernández
Guaza, desmienten esa disparatada resolución y obliga a los jueces a investigar
este crimen de Arturo Ruiz, en aplicación la Ley de Memoria Histórica, que
obliga a investigar los crímenes cometidos durante el franquismo.
La familia
de Arturo Ruiz y el Colectivo por los Olvidados de la Transición (C.O.T.) no
van a cejar en su empeño porque se haga justicia. La Jueza María Servini sigue
un proceso criminal contra Martín Villa por este asesinato y otros 12 más,
perpetrados en Vitoria, Pamplona, Barcelona y otras ciudades de Euskadi (en la
lucha por la amnistía). Las declaraciones de este asesino demuestran que los
asesinatos de la transición y la protección policial y judicial de estos
criminales forman parte de un plan perfectamente establecido, son crímenes del
Lesa Humanidad y como tal han de ser juzgados.
Madrid 2 de
Noviembre de 2023.