Ian Gibson ha revelado una nueva posible localización de los restos de Federico García Lorca. Tal como ha escrito Javier H. Rodríguez y publicado elDiario.es, se encontraría "cerca de la acequia de Aynadamar, a la afueras de Alfacar (Granada), justo en el parque que hoy lleva el nombre del poeta". Se trata de una información que el hispanista irlandés recogió hace más de medio siglo, en 1978, por boca de Manuel Castillo, uno de quienes participaron en el enterramiento del poeta, del maestro Dióscoro Galindo y de los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas Cabezas. Ahora Pablo Romero-Fresco lo ha sacado a la luz en su documental Donde acaba la Memoria.
Estamos ante un nuevo episodio sobre las vicisitudes de los restos mortales del poeta granadino. Si sobre los últimos momentos de su vida existe una información bastante aproximada sobre lo ocurrido, no estamos en la misma situación en lo referente al destino final de sus restos.
A la espera de lo que pueda aportarnos el documental, el pacto de silencio de quienes participaron directamente sigue siendo una realidad. Esa muerte no deja de ser una metáfora del brutal contexto socio-político en el que se produjo. Si no hay cuerpo, no hay delito. El fascismo, de esa manera, sigue quedando impune.