Es un dicho muy repetido. Como también lo es eso que se atribuye a Goebbels sobre la mentira repetida mil veces que se convierte en verdad. Más de lo mismo.
Es lo que estamos viendo estos días sobre Podemos y sus dirigentes: la el robo de la tarjeta de Dina Bousselham, asesora de Pablo Iglesias, y su deterioro (con el comisario Villarejo de por medio...); la caja B del partido, desde las acusaciones del exresponsable del gabinete jurídico del propio Podemos (en base a rumores)... Y que se puede extender a los últimos años: la financiación por el gobierno venezolano e incluso el iraní (desestimado por la justicia), los delitos fiscales de Juan Carlos Monedero (sin recorrido administrativo), las malas prácticas judiciales de Victoria Rosell (con el juez acusador condenado por prevaricación, falsedad documental y cohecho)...
Hace tres días eldiario.es publicó el artículo Pascual Serrano "Ataque y acoso de Podemos a la prensa: lo que dicen las sentencias". Explica y desmonta en pocas líneas y con algunos ejemplos el papel que están jugando determinados medios de comunicación -que son muchos-, no tanto en la demonización de ese grupo político, que por supuesto que también, como en el cúmulo de falsedades en que se están basando para lanzar sus inusitados ataques y furibundas diatribas.
Por esas líneas pasan los Tertsch, Inda, Rojo o Losantos y sus reiteradas condenas judiciales por mentir, calumniar, insultar o denigrar a Pablo Iglesias, Javier Iglesias o Carolina Bescansa.
Es el brazo mediático de la derechona, lanzada a la ofensiva. Objetivo inmediato: sacar a Unidas Podemos del gobierno. Como sea. Luego ya irían viendo.
(Imagen: viñeta de Luiso García).