Anticapitalistas ha anunciado su salida de Podemos. Fue uno de sus grupos fundadores. Inspirado ideológicamente en el trotskismo, representaba su ala más a la izquierda. Con anterioridad había formado parte de IU (primero, dentro de la corriente Espacio Alternativo; luego, como Izquierda Anticapitalista), pero también acabó abandonándola en 2007. Es muy propio de la tradición trotskista lo conocido como entrismo, esto es, formar parte de grupos de izquierda con amplia influencia para intentar radicalizar sus posiciones. Lo han hecho con frecuencia en el laborismo británico, por ejemplo. Luego, dependiendo de las circunstancias, acaban fuera, bien porque se les expulsa o bien porque abandonan el grupo matriz.
En Podemos ha sido Andalucía el territorio donde Anticapitalistas ha ejercido más influencia. Su líder, Teresa Rodríguez, congenió bien con el anterior coordinador de IU, Antonio Maíllo. Adelante Andalucía fue la apuesta que propusieron de cara a las elecciones de diciembre de 2018. Y la capital gaditana, con dos legislaturas en la alcaldía (la segunda, en coalición con IU), ha sido su principal referente.
Desde hace un tiempo Anticapitalistas apuesta por un ente político andaluz soberano, a la manera de Cataluña o Galicia. Pero no ha habido concordancia con la dirección central de Podemos. De hecho se ha dado una separación de actuaciones: Anticapitalistas acaparó las candidaturas de las elecciones andaluzas y la dirección central, las de las generales de abril y noviembre pasados. Recientemente se ha posicionado en contra del gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos, que ha sido apoyado en ambas organizaciones por amplia mayoría. Ya lo hizo cuando en Andalucía IU gobernó en coalición con el PSOE entre 2012 y 2014.
No se sabe que va a hacer Anticapitalistas en el futuro de cara a otras contiendas electorales. Si va a apostar por entes políticos propios, nucleando otras sensibilidades, o lo hace junto con los mismos grupos que conforman Unidas Podemos o las confluencias catalana y gallega. Si va a participar de una nueva forma de fragmentación de la izquierda, como hiciera hace unos meses Más País, o si quiere mantener la idea de la unidad en la diversidad.
Fragmentar no es positivo. Por muy difícil que resulte, es necesario evitar que eso ocurra. En todo caso está por ver la capacidad que Anticapitalistas tiene de aglutinar otras sensibilidades. Y de hacerlo, de conseguir los suficientes apoyos para demostrar que, por ejemplo, un gobierno de coalición de la izquierda en la actualidad no es bueno. Un reto que tiene por delante. O quién sabe qué más.
(Fotografía tomada del Diario de Jerez)