"Es
frecuente encontrar en cualquier biografía de esta mujer lo de
"revolucionaria alemana de origen polaco", porque, habiendo nacido en
Polonia en 1870, donde participó en la formación del partido socialista, se
trasladó a Suiza y finalmente, a Alemania. Concibió la lucha política como una
síntesis de teoría y práctica, cosa que
aplicó con tenacidad, coherencia y dignidad durante su vida. En seguida destacó
como hábil escritora en periódicos y revistas socialdemócratas, y fue autora de
importantes obras políticas y económicas sobre el socialismo (La crisis de la
socialdemocracia), el militarismo (Militarismo, guerra y clase obrera), el
imperialismo (La acumulación del capital) o la revolución rusa. Se mostró
implacable contra el reformismo dentro de la socialdemocracia, desconfiando de
la burguesía y del parlamentarismo ("hoy el proletariado combate por la
democratización del estado burgués, no junto a la burguesía, sino contra la
burguesía"). Consiguió en 1907 que la IIª Internacional aprobara su
propuesta de resolución contra la guerra, posición antimilitarista y pacifista
que mantuvo durante la primera guerra mundial con su grupo de la Liga
Espartaquista, lo que le valió persecuciones y encarcelamientos. Defendió la
espontaneidad creadora de las masas, pero fue crítica con los bolcheviques en
su concepción centralista del partido y el autoritarismo del nuevo régimen ruso
tras la revolución de 1917 ("la democracia socialista comienza al mismo
tiempo que la democracia del estado de clase"). Participó en el movimiento
revolucionario alemán al acabar la guerra y a ella se debe el programa de
fundación del partido comunista alemán en 1919". Detenida en los primeros días
de 1919 junto con Karl Liebknecht (compañero en la lucha revolucionaria y
antimilitarista), sus cuerpos fueron encontrados en un canal meses después.
Dramático final que presagiaba el fascismo que se estaba incubando en esos
años.