ETA ha anunciado un nuevo paso en su desarme. La noticia, aparecida ayer en los medios de comunicación españoles, tiene su origen en otra del mismo día proveniente del diario francés Le Monde. La organización armada vasca quiere que el desarme se haga desde diferentes sectores de la sociedad civil del territorio vasco situado en Francia. Incluso se ha dado una fecha como probable: el 8 de abril.
El proceso de paz iniciado hace seis años continúa adelante, pero a un ritmo lento. Es algo complejo, cierto, pero requiere de voluntad y altura de miras. Por las distintas partes. Que no son, además, necesariamente dos. Hay involucrados muchos actores. La propia ETA, el estado español, el francés, la víctimas de ETA, las del estado español y sus mercenarios, la sociedad vasca, al española, los partidos vascos en todas sus vertientes, los partidos españoles... Y también organismos y organizaciones internacionales. La comisión de verificación internacional formada en 2010 lleva jugando un papel de máxima importancia. Sus componentes, dotados de experiencias arriesgadas, difíciles y complejas, no han cesado de trabajar contra viento y marea. Acogieron el espíritu que desde la izquierda abertzale se llevaba tiempo fraguando en la promoción de la vía política pacífica y la búsqueda del cese de las armas por parte de ETA.
Ésta, por distintas razones, aceptó el reto y facilitó que se iniciara el proceso de paz. No ha dado todos los pasos con la rapidez y energía necesarias, pero mucho menos han hecho los dos estados involucrados: el español ha mantenido una actitud más que pasiva, buscando la rendición explícita y/o la derrota completa de ETA; el francés ha estado medio expectante, favorecido también porque su grado de involucración en el conflicto es mucho menor.
Llevábamos bastante tiempo sin noticias, lo que podría interpretarse como un estancamiento. En diciembre apareció una noticia confusa cuando se detuvo en Luhuso, en el territorio fronterizo vasco-francés, a activistas por la paz. Al margen de cómo se ofreció lo ocurrido, era una prueba de que se proseguía en el camino del desarme. Quienes aparecieron involucrados se les conoce como "artesanos".
La paz está siendo posible. Su consolidación debe seguir siendo el objetivo.