Sí, eso es lo que está ocurriendo: Alberto Garzón ha sido marginado de los debates electorales. Y no hay ninguna razón que no sea dejar al lado a la única candidatura de izquierdas que se presenta: Unidad Popular-Izquierda Unida (UP-IU). De izquierdas y con el orgullo de manifestarlo sin complejos y sin tacticismos fatuos. Con un programa serio, factible y orientado a la mayoría social desde una perspectiva igualitaria, solidaria, de ampliación de derechos y respetuosa con la naturaleza.
El vídeo que se ha elaborado con el lema #SinGarzonNoHayDebate es muy ilustrativo de lo que se pretende. Está basado en una de las secuencias más emocionantes de la película Espartaco, de Stanley Kubrick y con Dalton Trumbo como guionista: el momento en que los compañeros de lucha del líder de los esclavos
gritan que “todos somos Espartaco”.
Que se esté impidiendo la presencia de UP-IU en los debates encubre el miedo que se le tiene. Se busca minimizar su representación parlamentaria y, si es posible, excluirla. Cualquier debate electoral que se organice sin la presencia del candidato de UP-IU es antidemocrático y, como consecuencia, lo que se está haciendo es cometer un fraude electoral.