Hace unos días vi la presentación del libro Atraco a la memoria, producto de la entrevista que el historiador Juan Andrade hace a Julio Anguita. O quizás de la conversación que ambos llevan a cabo y que a lo largo de la presentación desentrañan en sus aspectos generales.
Sobre esto último, por ejemplo, me ha gustado la referencia que Andrade hace a tres tipos de militantes comunistas: quienes se basan en la identidad, quienes se orientan al pragmatismo, que implícitamente caracteriza de reformistas, y quienes se atreven a ir más allá, planteando alternativas que sean posibles, cuasi heterodoxas, pero sin romper con los objetivos.
Es en este último grupo donde sitúa a Anguita. Éste, entre tantas cosas que dijo, diferenció entre comunismo, comunistas y partidos comunistas. No tuvo duda en defender el comunismo como horizonte, hilo conductor, de manera que los grupos, en cualquiera de sus formas, no deben más que ser instrumentos, pero nunca fines. Se refirió también a las próximas elecciones. Y no dudó en manifestar su malestar sobre la confluencia de los grupos de izquierda, razón por lo que dijo eso "malditas sean las siglas", como dijera ya en su día sobre las guerras, en 2003, cuando se refirió a la muerte de su hijo durante la ocupación estadounidense de Bagdad.
Hoy he leído una entrevista al ex secretario general del PCE y ex coordinador general de IU en eldiario.es. Incide en lo que dijo en la presentación de su último libro. Pero también se refiere a Alberto Garzón. Y es explícito: "Es uno de
los dirigentes más preparados, asombrosamente preparado para su juventud y que
en estos momentos está solo, como un campeón, recorriéndose el país. Y a mí eso
me produce una admiración tremenda, pero una especie de congoja, la aparente
soledad que tiene". En sus virtudes y en sus limitaciones. Éstas, creo, ajenas a él en gran medida.
También resulta explícito en su interpretación de las posibilidades de cambio tras el 15M de 2011 y la aparición de Podemos, y lo que ha ocurrido después: "estos [Podemos] van
a abrir la brecha, no van a tener fuerzas suficientes para aguantar la brecha
porque son nuevos y débiles orgánicamente hablando. Entonces, organicémonos los
demás, pongámonos detrás de ellos y vamos a empujarlos y ayudarles, y entremos
todos".
Anguita es único. Para lo bueno y para lo malo. No pretendo, por ello, mitificarlo. Ha sido siendo atrevido en lo dicho y hecho. Lo sigue siendo.