Los apoyos
Cuando se indaga en los componentes del voto de Podemos no se aprecian grandes cambios sobre el anterior sondeo del CIS, salvo el hecho de ser en la mayor parte de las variables la primera fuerza política. Lo es entre las mujeres y entre los varones, en este caso en mayor medida. En los grupos de edad que van de los 18 a los 64 años, si bien en el de 55-64 con menos claridad. Por tamaño de los municipios, se muestra claramente su carácter urbano, disminuyendo sus apoyos progresivamente según su tamaño es menor. Por estudios es la favorita desde quienes tienen al menos estudios secundarios inferiores. En cuanto a la condición socio-profesional ocupa el primer lugar en todos los grupos excepto en el de agricultores, pensionistas y personas jubiladas, y amas de casa; y en el status socioeconómico, lidera el grupo de clases alta y media-alta, nuevas clases medias y obreros cualificados, quedando algo por debajo en el de obreros no cualificados y bastante lejos en las viejas clases medias. Por ideología, es la primera fuerza entre la gente que se autoubica en la izquierda, en los niveles 1-3, y casi pareja al PSOE en el nivel 5. Así mismo, el nivel en el que es incluido se encuentra en el 2,43, similar al del BNG (2,48), algo menor que IU (2,67) y algo mayor que Amaiur (2,19).
Se puede decir, en suma, que Podemos es visualizado claramente como un grupo de izquierda, es interclasista, está enraizada sobre todo en el medio urbano, con una clara hegemonía entre las edades jóvenes y, derivado de esto, con una mayor capacitación académica de sus apoyos. Cojea, sin embargo, en el medio rural, entre la gente mayor y, como consecuencia, entre las amas de casa y personas con menor nivel de estudios.
Otros aspectos a tener en cuenta
La encuesta del CIS ofrece otros datos que no debemos menospreciar. Uno es el elevado porcentaje de gente, del 41,9%, que no ha mostrado intención de votar por una opción concreta (abstención, coto nulo, voto en blanco, no sabe o no contesta). Es en los grupos de edad de 18-24 años (51,5%) y 65 o más años (45,6%), entre las mujeres (45,6%), agricultores (46,2%), personal de administración y servicios (44,3%), obreros no cualificados (46,5%) y amas de casa (45,3%) donde se supera claramente esa media, en su mayoría con mayor potencial de apoyos a los grupos conservadores, especialmente el PP.
El otro es la procedencia de los votos de Podemos. Por grupos políticos, este sería el orden: PSOE, 28,8%; IU, 16,2%; otros, 9,4%; PP, 7,3%, UPyD, 4,6%... Agrupándolos por bloques, de la izquierda (PSOE, IU y otros) sumaría el 54,4% y de la derecha, el 12,8%. Lo que queda, alrededor de la tercera parte, provendría del voto nulo, voto en blanco o la abstención (22,7%), quienes no recuerdan o no contestan (8%) y quienes no tenían edad para votar (2,7%).
Resulta evidente que el grupo más afectado es IU, que, pese a no ser el que más votos aportaría a Podemos, perdería casi la mitad de sus votos sobre 2011 (44,4%). Posiblemente IU haya perdido los apoyos que fue ganando desde 2011, a la vez que ha visto frenado el lento crecimiento que las encuestas le estaban dando, como pudo verse ya en las elecciones europeas, donde quedó en el 10%. Por debajo, pero en un nivel similar en torno a la cuarta parte, estarían PSOE (23,4%), UPyD (27,4%) y otros (22,5%). Entre quienes no optaron por grupos políticos concretos, destacan quienes votaron nulo (36,4%) o en blanco (18,5%), y, por último, se encuentran quienes no recuerdan lo que votaron (21,3%).
La estrategia política
Podemos está desarrollando una estrategia política basada en romper con la dicotomía izquierda-derecha, proponiendo la de casta frente a ciudadanía. Teniendo en cuenta que la procedencia de su dirigentes y militancia provienen de la izquierda y que su programa tiene ese mismo carácter, está haciendo un gran esfuerzo por horadar en el electorado centrista e incluso de la derecha, al que le ofrece soluciones que califican como de "sentido común".
También se está notando una moderación en el discurso, que, sin esconder sus ataques encendidos hacia la casta, está suponiendo matizar algunas medidas planteadas al principio (renta básica, pago de la deuda...), evitar entrar en determinados temas que generan mayores controversias (Cataluña, feminismo, república...) o alejar aspectos que consideran sus puntos más débiles (Venezuela, especialmente). Y, por supuesto, han optado por no presentarse directamente a las elecciones municipales. Una manera de estar (candidaturas genéricas y/o unitarias, tipo Guanyem, Ganemos, Mareas...), y, según lo que ocurra, poder aprovecharse de su éxito o evitar la responsabilidad de un fracaso.
Por lo que la encuesta del CIS nos ofrece los resultados, sin embargo, están siendo bastante limitados. Como hemos dicho antes, por ahora sólo el 12,8% de ese electorado estaría dispuesto a darle apoyo. Mayor éxito está teniendo en el electorado crítico, al movilizar a buena parte de quienes se habían abstenido o habían votado nulo o en blanco.
Posibles escenarios
Lo que sí resulta evidente es que Podemos está rompiendo el bipartidismo preponderante desde el inicio de la Transición. Queda por ver si eso va suponer una lucha a tres (PP, PSOE y Podemos), cuyo resultado estaría por ver en qué consistiría (¿una gran coalición a la alemana PP-PSOE?); un nuevo bipartidismo (PP y Podemos), poco previsible, que obligaría a la búsqueda de alianzas por uno u otro lado; o un giro hacia la izquierda (Podemos, PSOE e IU, además de ERC, Amaiur, BNG, Compromís-Equo...), con Podemos como fuerza hegemónica.
Estamos asistiendo a tiempos interesantes. Lo que haya de ocurrir será muy distinto a lo habido hasta ahora. Está por ver el grado de deterioro de las fuerzas del sistema y del sistema de la Transición en sí mismo. Y, ante todo, el impulso que puedan dar quienes están sufriendo el actual estado de cosas para que los posibles cambios se hagan desde más democracia y la solidaridad.