El otro día estuve allí, recorriendo calles y puentes de la Parte Vieja y el
Centro, y recorriendo el soberbio paseo que rodea las playas de la Concha , Ondarreta y
Zurriola.
Mirándose bajo los montes Igueldo y Urgul estaban Chillida y Oteiza.
Uno,peinando los vientos que llegan desde el mar y se estrellan sobre las
rocas; y el otro, dejando constancia de cómo construir sobre el vacío.