Uno de los corazones de Euskal Herria
El monte Txindoki preside desde la sierra de Aralar esa pequeña comarca, mientras a sus pies el río Oria va dejando la huella de su recorrido atravesando Beasain, Ordizia y, un poco más abajo de su curso, Tolosa. Partiendo de esta villa, en medio se sitúan, entre subidas y bajadas por la carretera, Alegia, Amezketa, Abaltzisketa, Zaldibia, Lazkao o Ataun. Más al oeste, siempre con el río como referencia, se asciende hacia Segura, Zerain y Mutiloa. Por allí estuve hace unos días, contemplando su naturaleza, sus sillares, sus construcciones en madera, sus frontones, sus murales, sus esculturas, sus gentes, su lengua... La llaman la comarca del Gohierri. Dicen que ése es el corazón del País Vasco. Eso es lo de menos. Es, en realidad, una de sus tantos pequeños territorios repartidos entre dos estados y en diversas provincias. País Vasco, en euskera Euskal Herria, al que Arana bautizó hace más de un siglo como Euskadi. Una tierra donde, más que en pugna, conviven la tradición y la modernidad.