Grecia está que arde. Después de varias décadas dentro de un sistema especulador, en el que, como siempre, una minoría se ha aprovechado para forrarse de lo lindo y el resto se ha conformado con ir al rebufo, ahora ha llegado el tío Paco con las rebajas. Este tío es el Fondo Monetario Internacional, uno de los promotores de la farsa junto con sus colegas el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio o las empresas multinacionales, que han dicho que hay que parar la cosa. Pero no para que quienes se han forrado devuelvan lo que han acumulado, sino para que quienes han vivido al rebufo del crecimiento insolidario se aprieten los cinturones. Es decir, se les quite dos meses de pensión al año, se les baje los salarios, se recorte el gasto social, se suban los impuestos indirectos... Grecia es de los países de la Unión Europea donde la carga fiscal es más baja y desigual, al basarse en los impuestos indirectos y casi nada en los directos, donde quien más tiene debe pagar más. De esa manera el gasto público se ha estado cubriendo durante estos años mediante el endeudamiento del estado y la especulación.
En España la situación no es igual, pero no tanto. Hay un fuerte endeudamiento del estado, la carga fiscal directa está lejos de los países del norte, el gasto social es inferior a la media... También se han forrado de lo lindo unas cuantas personas y al rebufo del crecimiento de los últimos quince años ha habido sectores de las clases medias que han acumulado pisitos y demás. Inversión capitalista en distinto grado. El capitalismo popular de la Thatcher, que tanto fracturó la sociedad británica y así lo está pagando. El modelo yanqui del estado débil, en el que no hay seguridad social, ni atención sanitaria universal... El mismo que hace que en el Congreso se rechace una reforma sanitaria similar a la europea, porque quien financia las campañas electorales de sus congresistas son las grandes empresas, entre las que están, cómo no, las aseguradoras médicas.
El gobierno psocialista acaba de anunciar la reducción del gasto público y nada mejor que congelar las pensiones y reducir los salarios de quienes dependen de las administraciones públicas. Como en Grecia, aunque un poco menos. Mientras tanto, quienes han causado todo esto están haciendo declaraciones pomposas acerca de la responsabilidad y demás tonterías. El debate está en la calle, donde se dice de todo, pero entre lo que está eso de que "está bien que rebajen el sueldo a los funcionarios, que ganan mucho y trabajan poco". El sistema ha conseguido lo que quería, que entre quienes tengamos que pagar la crisis nos peleemos y nos olvidemos así de quienes la han causado.