1ª Mariano Rajoy es la imagen del patetismo. Se sintió en todo momento víctima de una conspiración y hasta de un fraude político, pero lo cierto es que no tuvo arrestos para presentarse a la investidura. Lo de ser el partido más votado no sirve, porque no lo es en el Congreso. Resulta evidente que es un partido con el que nadie quiere ir, consecuencia de la prepotencia con la que ha actuado en la anterior legislatura y los rasgos tan casposos, cuando no reaccionarios, que mantiene en tantos temas. Rajoy tiene otro problema y es que sabe que cada vez tiene menos apoyos en su partido, que lo ven como una rémora. Otra cosa es que por ahora nadie se atreva a decirlo en público o decírselo a la cara.
2ª Pedro Sánchez es rehén de los sectores de su partido vinculados al felipismo, que no quieren nada por la izquierda y apuestan por un gobierno de coalición de los partidos del sistema en cualquiera de sus formas. Lo de Ciudadanos les sirve para justificarse y presentarse ante el electorado de centro y centro-izquierda como un partido responsable y de cambio, capaz de pactar con otro, del espacio de centro y centro-derecha, que también apuesta por el cambio. El programa presentado sería, grosso modo, una síntesis de neoliberalismo en lo económico, medidas que liman algunos de los excesos del gobierno del PP y algunas reformas políticas que se adecúan a los nuevos tiempos. De ahí lo de gobierno del cambio y reformista.
3ª Albert Rivera es la cara amable de la derecha. El recambio joven ante el anquilosamiento del PP. La contraparte del PSOE por la derecha, que complementa lo que quiere el sistema. Parece que ha sido el ganador del debate, recuperando así lo perdido durante la campaña electoral. Para ello, en caso de unas nuevas elecciones, horadaría en el electorado del PP.
4ª Pablo Iglesias ha apostado fuerte marcando las distancias con el PSOE, al que acusó de depender demasiado del felipismo. Otra cosa es la forma de tratarlo, con su alusión a los GAL, que ha levantado ampollas. De ahí que el propio González sacara a relucir a Anguita. La postura contundente de Iglesias supone una apuesta que, como todas, puede salir bien o lo contrario. Teniendo en cuenta que una parte importante de los votos de Podemos provienen de anteriores votantes del PSOE, está por ver si se mantienen o se decantan por volver al partido de la estabilidad del sistema. Como síntomas en su contra, las declaraciones de Manuela Carmena o Carlos Jiménez Villarejo.
5ª Alberto Garzón ha estado en el sitio que le está correspondiendo a UP-IU, infrarrepresentada en escaños y relegada al grupo mixto, pese al casi millón de votos obtenidos. Juega a un pacto de los grupos de izquierda, que es lo que más suma en el Congreso y cuenta, además, con un apoyo, aunque sea indirecto, de los grupos nacionalistas.
6ª Joan Tardá y Gabriel Rufián han sido muy claros en dos cosas: que buscan la independencia de Cataluña y que la vía elegida, de carácter democrático, supondría aceptar el resultado del referéndum.
7ª Frances Homs estuvo claro en el primer debate y mucho más en el segundo. Su propuesta de apoyo a un gobierno de izquierdas a cambio de una consulta en Cataluña tiene varias vertientes. Una, que en el seno de su partido, DiL, no ven claro que el proceso soberanista, en caso de haber un referéndum, resultara favorable a la independencia. Otra, como forma de legitimar dicho proceso. Y la última, como vía de salida hacia un nuevo pacto con el estado en el supuesto de que el resultado del referéndum fuera negativo.
8ª Patxi López hizo el ridículo al final del segundo debate y le faltó ecuanimidad. Dio la palabra por alusiones a Juan Carlos Girauta, de Ciudadanos, cuando no debió hacerlo y luego se la negó al resto, que, lógicamente, tenían el mismo derecho. Antes había cortado el micrófono a Rufián durante su turno de intervención, que estaba algo pasado de tiempo, pero como le ocurrió a Sánchez o Rajoy.
9ª Vistas las cosas, como llevo tiempo sospechando, en junio habrá nuevas elecciones.