Pedro Sánchez destituyó ayer por la tarde a Tomás Gómez, candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid. De inmediato la ejecutiva madrileña fue sustituida por una comisión gestora. Y de paso se aireó como sustituto de Gómez Ángel Gabilondo. Una noticia de impacto. Y más con la contundencia y los medios empleados (hoy aparece en la prensa que en la sede del PSOE madrileño la dirección federal ha cambiado la cerradura y enviado guardias de seguridad). La razón -o la excusa- ha sido la implicación de Gómez en el caso de los sobrecostes del tranvía de Parla, donde fue alcalde y el elevado coste electoral que está ocasionando.
Pero la cosa no queda ahí: El País nos ha ofrecido a primera hora de la mañana un sondeo -¡hecho ayer por la noche!- en el que se dice que el PSOE ganaría las elecciones en Madrid con el 19,2%, a la vez que Podemos bajaría al tercer lugar, por debajo del 14%, e IU desaparecería, sin llegar apenas al 3%. Los votos de la derecha se repartirían entre el 18% del PP y un Ciudadanos alza con casi el 9%.
Demasiadas casualidades. Golpe de autoridad o golpe de timón -como el propio El País titula su editorial d hoy- que suena más a golpe de estado interno. Pero también un aldabonazo al electorado de izquierda. Esa parte del mismo que ha votado tantas veces al PSOE, pero que en los últimos meses se estaba desplazando a Podemos. De paso, una operación que busca quitar de en medio a IU. Y, ante todo, formar un gobierno en la Comunidad de Madrid lo suficientemente seguro para que el PSOE solo o con el apoyo de facto del PP e incluso de Ciudadanos aleje los temores de un gobierno de la izquierda. No estaría de más que desde los grupos de izquierda -léase IU y Podemos- se tomara nota. Desde IU, especialmente por la oxidada ejecutiva madrileña, para que faciliten fórmulas de encuentro. Y desde Podemos, para que destierre esa arrogancia que le está llevando a creerse la única izquierda y menospreciar a IU, haciendo uso del derecho de pernada.
Un ensayo de las elecciones generales de finales de año. Está por ver su alcance, pero va en serio. No es ajeno tampoco a otro ensayo, en este caso en Andalucía. Toda una operación política de profundo calado.