Los medios de comunicación
están llenando buena parte de sus espacios y su tiempo con lo que parece la
noticia del día: la muerte del banquero Emilio Botín Sanz de Sautuola. Existe una
cuasi unanimidad en el tratamiento laudatorio
del personaje. Una de las personas más ricas de España, con un hueco también en
la clasificación mundial. Posiblemente la más influyente en los medios políticos
del país. y de las que más en algunos países latinoamericanos. De él acaba de escribir Juan Torres en Público: “Botín refleja mejor que nadie en España el poder de una
casta que actúa por encima del bien y del mal y que decide sobre los demás como
si nada más que sus propios intereses fuese lo que hay que tener en cuenta”. Y un poco más adelante: “ha sido el paradigma de banquero causante de daños y de una
crisis descomunal que sale de rositas de cualquier cosa que haga como muestra
de que el poder es él y lo que representa, por encima de cualquier otra
institución representativa. Ha sido la muestra palpable de que el sistema
financiero actual y el capitalismo en general son cada vez más, o quizá ya
definitivamente, incompatibles con la democracia y con la división de poderes”. ¿Para qué seguir?