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miércoles, 6 de agosto de 2014
Siguen apareciendo, porque no ha cesado su búsqueda
Hoy nos hemos despertado con una grata y emocionante noticia proveniente de Argentina (ver Página/12): ha salido a luz la identidad del nieto desconocido de Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo. Robado por los militares en 1978, el niño fue entregado a otra familia. La madre, Laura, apenas pudo verlo parir y darle el nombre de Guido durante su secuestro/detención. Asesinada después, su cuerpo fue entregado a su familia. Guido ha sido uno más de tantos dramas, en decenas de miles, que el país sudamericano sufrió entre 1976 y 1983: detenciones, torturas, asesinatos, desapariciones, robo de bebés... Su caso, el número 114 de los nietos y las nietas que robaron. Ahora Ignacio Hurban, el nieto desconocido por su familia natural, ya sabe que es Guido. Él mismo se presentó hace unas semanas a la sede de Abuelas y decidió someterse voluntariamente a una prueba genética para desvelar su identidad. Una jueza lo ha certificado. Una prueba más de que no hay que cesar en el empeño por la dignidad. Un triunfo más sobre la ignominia.