El pasado jueves el periódico británico The Guardian publicó un artículo de Mark Weisbrot titulado "La verdad sobre Venezuela: una revuelta de los ricos, no una 'campaña de terror'". Como enviado especial en Venezuela, su autor nos desvela las claves no sólo de lo que está ocurriendo en el país sudamericano, sino de la manipulación que el gobierno de EEUU y buena parte de los medios de comunicación occidentales están trasmitiendo a la opinión pública. Veamos cómo Weisbrot plantea su artículo.
Parte de un hecho significativo y es que confiesa que "creí que
yo también era inmune a las representaciones repetitivas de Venezuela como un
Estado fallido en medio de una rebelión popular". La realidad, sin embargo, se impuso, pues por lo que fue viendo, la vida cotidiana, pese a las protestas, estaba cargada de una fuerte normalidad en la gran mayoría de la ciudad. Por eso remata con una frase lapidaria: "yo también había sido engañado
por las imágenes mediáticas".
A lo largo de su estancia en Caracas Weisbrot fue viendo que las protestas se desarrollaban en los barrios donde vive la gente pudiente. La barricadas se encontraban situadas en sus entradas y salidas. Menciona un hecho no desdeñable que da una muestra del clasismo existente en determinados sectores de la población: el acceso al Parque del Este de Caracas. Si antaño estaba restringido a la gente, desde la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, su uso pasó a ser gratuito, lo que ha sido un motivo de decepción para quienes residen en la zona, según confesaron al periodista.
Pero hay más, como lo relativo al malestar existente por las carencias y dificultades en el suministro de artículos diversos, incluidos los más básicos. Y es que donde más protestas se han dado, es donde menos problemas existen, al disponer de "espacio para su almacenamiento". El acceso a divisas extranjeras, y concretamente el dólar, es otro asunto paradójico, pues cada persona puede disponer hasta 3.000 dólares en un tipo de cambio subsidiado, siendo una cantidad que pueden multiplicar hasta por seis si logran venderlos. La conclusión es clara: "son ellos
los que suministran la base y las tropas de la rebelión".
No tiene dudas el periodista británico, pues, de la naturaleza de clase del conflicto. Cuando vio desfilar a la gente por las calles en el primer aniversario de la muerte de Chávez, había ante todo gente humilde que usaba ropa y calzado con arreglo a su condición. "¡Qué
contraste con las masas descontentas de Los Palos Grandes, con su jeeps
Cherokee de 40.000$ y con el lema del momento: SOS VENEZUELA", sentenciaba.
Con respecto al comportamiento del gobierno de EEUU, Weisbrot se centra en su secretario de Estado, John Kerry, quien, entre tantas cosas, ha acusado al presidente Nicolás Maduro de estar llevando a cabo una "campaña
de terror contra su propio pueblo". Nos recuerda, sin embargo, el varapalo diplomático recibido en la propia OEA, donde Kerry sólo consiguió el apoyo de la representación de Panamá y Canadá en su condena al gobierno venezolano, a la vez que éste se vio reconfortado por la solidaridad casi unánime que le ofrecieron.
Uno de los asuntos más espinosos es el de las muertes acaecidas a lo largo del conflicto. Siendo un tema delicado, Weisbrot es claro cuando dice que "parece que ha habido más personas muertas a
manos de los manifestantes que de las fuerzas de seguridad". De las primeras alude tanto a personas que intentaron retirar las barricadas como a agentes del orden público. De éstos recuerda una información de fuentes oficiales en la que se reconoce que "21
miembros de las fuerzas de seguridad están bajo arresto por supuestos abusos y entre ellos algunos relacionados con los asesinatos". Por eso el periodista británico es rotundo cuando dice que "Esta no
es una 'campaña de terror'".
Tiene Weisbrot la percepción que la mayor parte de la población venezolana no apoya las protestas, que considera que lo que ha ocurrido en realidad ha sido un intento de derrocar al gobierno elegido en las urnas. Por eso, cuando se refiere al futuro más próximo, sus previsiones no resultan muy halagüeñas para la oposición. Previendo una recuperación económica, "la oposición probablemente perderá las elecciones parlamentarias". Y, en lo que quizás sea lo más importante, concluye que "su estrategia insurreccional actual no está ayudando a su propia causa", pareciendo haberla dividido, a la vez que unido a los chavistas. Lo que redondea con otra frase lapidaria, esta vez contra el vecino del norte: "El único lugar donde la oposición parece estar obteniendo un amplio apoyo es en Washington".
Tiene Weisbrot la percepción que la mayor parte de la población venezolana no apoya las protestas, que considera que lo que ha ocurrido en realidad ha sido un intento de derrocar al gobierno elegido en las urnas. Por eso, cuando se refiere al futuro más próximo, sus previsiones no resultan muy halagüeñas para la oposición. Previendo una recuperación económica, "la oposición probablemente perderá las elecciones parlamentarias". Y, en lo que quizás sea lo más importante, concluye que "su estrategia insurreccional actual no está ayudando a su propia causa", pareciendo haberla dividido, a la vez que unido a los chavistas. Lo que redondea con otra frase lapidaria, esta vez contra el vecino del norte: "El único lugar donde la oposición parece estar obteniendo un amplio apoyo es en Washington".