viernes, 28 de marzo de 2014

Un nuevo estudio sobre el deterioro social en España

La Fundación FOESSA y Cáritas Española ha editado un nuevo informe sobre la situación social en España, en la línea de otros elaborados en años anteriores (ver en este cuaderno, por ejemplo, "El espejismo del crecimiento de la última década"). Con el título Precariedad y Cohesión Social. 2014. Análisis y perspectivas ofrece una información que resulta demoledora a la hora de constatar el progresivo deterioro de la condiciones de vida de buena parte de la población, el aumento de las personas que se encuentran en situaciones extremas y, a su vez, el aumento de las desigualdades. Esto último, corroborando unos de los últimos informes de la OCDE. 

Pese a ello, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acaba de desacreditar el informe de FOESSA y Cáritas, del que dice que "no se ajusta a la realidad" y se trata de estudios "puramente estadísticos". Una obviedad, claro está. La diferencia entre estos datos estadísticos y los del gobierno estriba en el acercamiento a la realidad, algo que de lo que adolecen los que emiten repetitivamente desde el gobierno, donde se oculta lo que no interesa y se resaltan aquellos que pertenecen a la esfera de la llamada macroeconomía.  

He aquí algunos de los datos del informe:

2013 no ha supuesto una ruptura en la tendencia de disminución del nivel medio de renta (p. 3)

El crecimiento de los salarios ha sido moderado y por debajo del 1%, inferior a la subida de precios (3).


Las rentas del trabajo han cedido dos puntos y medio en el PIB, en favor de las rentas mixtas y las de la propiedad (4).


Se han agudizado las diferencias en las rentas de los hogares, de manera que la relación entre el 20% más pobre y el 20% más rico ha aumentado un 30% desde 2007 (5).


El grupo de renta más bajo ha pasado a representar entre 2007 y 2012 del 32% al 40% de la población; el de renta media, del 60% al 52%; mientras que el más rico se ha mantenido en torno al 8% (5).


La situación del desempleo durante el año 2013 lo convierte en el principal riesgo (6).


La situación es muy negativa en el mercado de trabajo: menos empleo, más paro, nuevo empleo mayoritariamente temporal, salarios más bajos y mucha desigualdad (7).

Tasa de paro ha pasado del 8,6% en 2007 al 26% en 2013 (16).

Los hogares con todos su miembros en paro han pasado en el mismo periodos de 2,7% a 10,5% (16).

La tasa de paro de la gente joven en 2013 es del 54,4%, el doble de la media europea, del 22,9 (7).

La tasa de pobreza ha aumentado, estando en 2013 en torno al 22,5%, la tercera más alta de la UE y unos 7 puntos por encima de la media (8-9).

La pobreza severa ha pasado de 3,5 en 2007 al 5,8 en 2012 (16).

Los hogares sin ingresos casi se han duplicado, pasando de un número inferior a 400.000 en 2007 a 700.000 en 2013 (10).

Hay una pobreza creciente y unos derechos menguantes (10).

La tasa de cobertura de las personas desempleadas se ha reducido en casi 20 puntos entre 2010 y 2013, estando en este último año en el 60% (11). 

El gasto público en educación en relación al PIB ha caído del 5,2% en 2009 al 4,8% en 2013 (14).

Los niveles de integración social han variado de 2007 a 2013: en personas en exclusión, del 16,3% al 25,1%, siendo la severa de 6,3 y 10,9, respectivamente; en personas con integración moderada, del 33,6 al 40,6; en personas con integración plena: del 50,1 a 34,3 (21).

Algunas variables en personas en exclusión durante el periodo 2007-2013: desempleo, 45,3% y 77,1;  educación, 19,9 y 20,2; vivienda, 55,1 y 61,7 (23).

Hay una mayor alienación en sectores más vulnerables, que pierden interés en la participación en la cosa pública (24). 

Se mantiene la calidad de las relaciones sociales, un recurso de capital social que debe preservarse (25).

Los hogares encabezados por una mujer están en aumento y están más afectados por la exclusión social, si bien las diferencias se están reduciendo en relación a los otros hogares (26).

Las diferencias son mucho mayores en relación a la edad, afectando más a la gente joven y disminuyendo progresivamente en los otros grupos de edad (27).

La exclusión social también está relacionada con el nivel de estudios, siendo mayor en las personas analfabetas y disminuyendo progresivamente según aumenta el nivel de estudios (28).

Tanto el desempleo como la ocupación precaria inciden en el aumento de la exclusión (29-30).

Hay un retroceso en la inclusión de la población inmigrantes (30).

El retroceso se da en todos los ámbitos, pero es mayor en el medio rural  (30).