Los resultados de las últimas elecciones han certificado, como hemos visto, la victoria de los grupos de derecha, mientras el PSOE ha sido fuertemente derrotado con una pérdida aproximada de un millón y medio de votos sobre los obtenidos en 2007. En conjunto en los grupos de izquierda ha habido un descenso global aproximado de 850.000 votos. Además del caso más llamativo del PSOE, habría que añadir los de ERC (-65.000), BNG (-50.000), IC-EUiA (-16.000), NaBai (-16.000) y CHA (-5.000). De signo positivo han sido los resultados de IU, que ha sumado 200.000 votos; Bildu, cuyos 313.000 votos suponen los mejores resultados de la izquierda vasca; el Bloc-Compromis valenciano, con 194.000; o la CUP, en Cataluña, con 62.000.
La interpretación de todo esto resulta compleja y, además, no puede hacerse con las mismas claves en todos los casos. Cada ámbito tiene una especificidad propia, lo que obliga a una mayor cautela. Lo que sí resulta evidente es que el PSOE ha sido castigado por buena parte de su electorado como consecuencia de la gestión que está haciendo de la crisis económica. En todas la comunidades ha perdido votos, siendo las mayores las de Andalucía (-243.000), Madrid (-237.000), Cataluña (-202.000) o Castilla y León (-110.000). Una situación similar se ha dado en las elecciones autonómicas, perdiendo el gobierno de comunidades como las emblemáticas Castilla-La Mancha y Asturias, además de Aragón o Baleares (en coalición), a la espera de lo que ocurra en Extremadura, pendiente de la decisión de IU.
No sabemos la cuantía del destino de los votos perdidos, aunque el PP, UPyD, IU, las papeletas en blanco o la mera abstención pueden ser, por distintos motivos, sus destinos principales. Resulta preocupante el ascenso en Cataluña a costa del PSC de la xenófoba PxC o de candidatos del PP que han hecho del discurso antiinmigrante uno de sus ejes electorales.
IU ha mejorado en las dos elecciones. Lo ha hecho en votos y en representación: concejalías y alcaldías, y actas parlamentarias. En las municipales destaca lo obtenido en Asturias (13,4%), Andalucía (12%) y Madrid (10,8%). En las autonómicas, en Asturias (10,3%) y Madrid (9,6%). Pero es una mejora con claroscuros. Ha regresado a los parlamentos de Extremadura y Castilla y León, aunque sigue ausente en Cantabria, Castilla-La Mancha, La Rioja y Canarias. Ha sufrido un importante varapalo en Córdoba, su ciudad emblemática. Teniendo en cuenta el descontento social derivado de la crisis y el surgimiento del movimiento “¡Democracia real, ya!”, los resultados deben ser valorados con cautela.