Aminatu Haidar es una activista saharaui de El Aaiún que no se le ha permitido la entrada en su territorio y a la que además se le ha retirado su pasaporte, siendo expulsada a España por las autoridades marroquíes. La razón oficial ha sido su negativa a cumplimentar correctamente uno de los formalismos que piden las autoridades marroquíes: en la casilla sobre la nacionalidad, escribió “saharaui”. Es cierto que legalmente toda la población del Sahara Occidental tiene la nacionalidad marroquí, incluida la de origen sahararui, lo que resulta congruente con las normas que impone una fuerza ocupante. Sin embargo, la propia Aminatu ha declarado que no es la primera vez que lo ha hecho, sin que haya sido advertida ni sancionada en ocasiones anteriores. El caso es que el 13 de noviembre se le impidió entrar en El Aaiún, cuando regresaba a su casa después de haber recibido en Nueva York el Premio al Coraje Civil 2009 de la Brain Foundation. En el aeropuerto fue detenida por la policía durante 24 horas, que la interrogó duramente casi todo el tiempo, obligándola a que reconociera la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, cosa que, como es lógico, rechazó. Finalmente se le acabó requisando su pasaporte y fue embarcada en un avión con destino a Lanzarote.
Aminatu, a quien llaman la “Gandhi saharaui”, es una mujer que viene desarrollando una actividad de pacífica contra la ocupación marroquí desde hace tiempo, lo que ha sido la verdadera razón para su expulsión a España. El premio que acaba de recibir en Nueva York no es el primero, pues en 2008 ya obtuvo el de Derechos Humanos Robert F. Kennedy y el de Derechos Humanos Juan María Bandrés; en 2007, el Silver Rose Award; e incluso es candidata para el Nobel de la Paz (rechazado, como tantos otros, para concedérselo al jefe del imperio, el señor Obama). La resistencia contra esa ocupación es creciente entre la población saharaui, pidiendo, de partida, el derecho de autodeterminación que permita decidir por sí misma su futuro. Su caso tampoco es aislado, pues en las últimas semanas se sigue con la detención de activistas saharauis y se está impidiendo incluso la entrada de miembros de varias ONGs.
Pero esta violación flagrante de los derechos humanos por parte del gobierno marroquí se ha visto ligada a otro incidente, en este caso protagonizado por el gobierno español, que también está violando los derechos de Aminatu y, sobre todo, mostrando una vez más la traición del PSOE hacia el pueblo saharaui y la cobardía ante el gobierno de Marruecos. Y es que, haciendo un alarde de excusas formales ridículas (¿por qué se permitió su entrada sin pasaporte, tras su requisa en Marruecos, y ahora se niega su salida de España porque no lo tiene?), se pretende atemperar el problema, que ha trascendido al ámbito internacional, sobre todo de la Unión Europea, con una falsa prudencia. Eso es lo que ha pedido el señor Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores español, que, además, a su irresponsabilidad y falta de sensibilidad ha añadido unas recomendaciones paternalistas, como “tranquilidad” y “serenidad”, tanto por el bien de “su salud como por el bien de todos”.
Aminatu Haidar pidió desde el primer momento a las autoridades españoles, tras su llegada forzada al aeropuerto de Lanzarote, su regreso inmediato al Sáhara. Como se le negó la petición, inició una huelga de hambre para reclamar al gobierno español la solución de su problema y el de su pueblo. La respuesta ha sido finalmente su desalojo del aeropuerto, bajo la excusa de su debilidad física. Paralelamente el gobierno le ha ofrecido el status de refugiada política, que la propia Aminatu ha negado tajantemente, porque no se siente como tal. “Ni lo soy ni llegué en patera”, ha contestado al gobierno español.
Por ahora las muestras de apoyo a Aminatu Haidar no han cesado. Izquierda Unida ha llevado el caso al Congreso y su coordinador general la ha visitado. Coalición Canaria también está realizando actuaciones. El actor Willy Toledo la ha acompañado durante un día y ha denunciado en los medios de comunicación la cobardía del gobierno español. Se han celebrado varias manifestaciones en distintos lugares de España, incluida Lanzarote. Se habla de que en el Sáhara hay bastantes mujeres en huelga de hambre. Mientras tanto, el gobierno marroquí se empecina en la obligación de Aminatu de reconocerse marroquí y el español habla de su apoyo a Aminatu. ¿Es verdad esto último? Como tantas veces, decir lo contrario de lo que se hace es una muestra de la hipocresía de los gobiernos.
Aminatu Haidar ha lanzado un reto, el que se suele plantear con frecuencia en los conflictos y una de las partes vulnera los derechos de la otra, mientras que la víctima obliga a que se resuelva, buscando las contradicciones de quienes los provocan y quienes los permiten. Y en este caso el gobierno español tiene mucho que decir.