viernes, 7 de julio de 2023

El Pont du Gard: puente y acueducto con dos milenios de antigüedad

 

Trazado sobre el río que le da su nombre, que es un afluente del gran Ródano, actualmente pertenece al municipio de Remoulins, situado a apenas 20 kilómetros de Nimes, la capital del departamento que lleva el nombre del río. 
Se dice que está entre los monumentos más visitados de Francia. Su espectacularidad lo explica, siendo una muestra de primer orden de la calidad que tuvo la ingeniería hidráulica romana. 


Fue construido en el siglo I con una doble función:  ser puente y acueducto. De esta manera, posibilitaba el paso de transeúntes sobre el río Gard y,  a la vez, permitía que por su parte superior prosiguiera la conducción de agua hacia la Nemausus, la actual Nimes. Un canal de alrededor de 50 kilómetros, abastecido por las aguas de un manantial del río Eure, perteneciente al asentamiento galo de Ucetia, luego el Usés occitano y el Uzès francés. 


Su longitud es de 275 metros, alcanzando una altura máxima de 49. Está dividido en tres niveles, con un número de arcos que va aumentando del inferior al superior: 6, 11 y 35. Como se hizo en otras tantas obras hidráulicas romanas, los sillares no están unidos con argamasa, si bien se utilizaron grapas de hierro para reforzar su ensambladura.


El acueducto quedó inservible en el siglo IX, como consecuencia de la obturación que se produjo por la acumulación de sedimentos. Por el contrario, la función de puente  se ha mantenido a lo largo de los siglos, si bien en la actualidad su tránsito está limitado sólo para peatones. El nivel inferior ha sido modificado en varias ocasiones desde el siglo XVIII, para lo que se amplió su anchura y se reforzó su estructura.