viernes, 13 de noviembre de 2020

El acento andaluz y el racismo cultural

 

El tratamiento que se hace del habla andaluza desde la derechona españolista resulta vomitivo. Desde hace un par de años sus voceros se han obsesionado con la ministra María Jesús Montero, a la que desprecian por su acento andaluz. El energúmeno radiofónico Federico Jiménez Losantos, que es el manipulador e insultador número uno del reino -amén de otras lindezas-, es quien más se ha cebado sobre ella, negando que sepa hablar correctamente el español. En cierta ocasión la llamó "indigente intelectual" y el otro día salió con lo de "portacoz". 

Hace un par de días El Mundo publicó un artículo de Jorge Bustos con el título "'Marijau' Montero habla con boca de serpiente". Asiduo de las tertulias televisivas como "sabelotodo" y pretendido periodista cultural, comenzó su escrito con estas palabras: "Hasta la irrupción de María Jesús Montero en la escena política, todos pensábamos que el euskera era la única lengua no indoeuropea que se hablaba en España. Hoy sabemos que a nuestro ya complicado mapa idiomático debemos añadir un nueva riqueza: el monterés". La reacción en las redes y algunos medios no se hizo esperar, pero hete aquí que ayer el propio Jiménez Losantos volvió a salir con otra de sus ocurrencias: "Garjajesús".

Durante el debate de los presupuestos generales del estado hubo dos parlamentarios que ayer mostraron su apoyo solidario a la ministra. Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, le dijo: “Los ataques de la ultraderecha a usted por su acento son repugnantes. Tengo que decirle que a mí me encanta su acento y me encanta escuchar acento andaluz en esta Cámara. (...) Señora ministra, los ataques de la ultraderecha a usted por su acento son repugnantes”. Por su parte, Gabriel Rufián, portavoz de ERC, manifestó: "Frente a la caverna, frente a los cavernícolas, frente a sus lacayos, señora ministra, ¡viva el acento andaluz, viva!".

Lo que está ocurriendo con María Jesús Montero no deja de ser una forma de racismo cultural. Algo muy extendido entre la derechona social, política y cultural de las provincias castellanoparlantes situadas al norte de  Sierra Morena, que ve en el habla andaluza -en este caso- una degeneración del español, como les gusta denominar al castellano. Como en tantas otras cosas, reniegan de la pluralidad y la diferencia, porque sólo conciben la realidad desde una perspectiva homogeneizadora y, por tanto, intolerante.