Hace unos días publiqué en dos partes en este cuaderno el artículo "Las vicisitudes de Federico García Lorca". Anteayer, martes, se me ocurrió por la noche (¡cuánto calor!) enviarlo a Rebelión y en muy poco tiempo, prácticamente de inmediato, lo han publicado. Esta misma mañana he podido verlo y por eso lo pongo en conocimiento (ver enlace).
Por cierto, he leído estos días que el ayuntamiento de Alfacar pretende urbanizar el lugar donde se encuentra el monolito dedicado a García Lorca, el mismo lugar que fue objeto de las excavaciones de finales de 2009 y que había sido señalado por Agustín Penón, primero, y Ian Gibson, después, como posible enterramiento del poeta y sus compañeros en el fusilamiento. Una iniciativa, la de la urbanización, que ha partido del gobierno municipal y que tiene la aquiescencia de la Junta de Andalucía, que, al parecer, "no puede actuar de oficio". Municipio y comunidad con gobierno del PSOE, a quien la memoria histórica le importa un rábano.