Y es que la culpa no la tienen ni Evo ni los pollos que son tratados con hormonas, sino quienes los alimentan. No se refirió Evo a los transgénicos, pofesionales (sí, pofesionales) de la cuatro, de la sexta, del país, de público y demás mierda mediática). Algo, por otra parte, que resulta escandaloso. Si no, vean (y las negritas no son mías) lo que dice una revista de especializada:
"En la década del 50 y 60 los pollos se engordaban en Europa 4-5 meses antes de ser faenados, por lo cual se usaban hormonas femeninas, que se inyectaban en el cuello. Sólo los pollos machos eran reservados para producir carne, eran los llamados pollos de campo; mientras que las hembras se utilizaban para producir solamente huevos. Al inyectarle hormonas femeninas al macho se producía un proceso similar a la castración y así engordaban mucho más en ese poco tiempo. Al consumir cuellos de pollo con hormonas, algunas personas experimentaron ginecomastia, que es el agrandamiento de las glándulas mamarias, de aquí la creencia de que el pollo con hormonas engorda y hace crecer el busto. Actualmente la producción de pollos no usa este método de las hormonas femeninas porque es muy costoso, aunque en algunos países la producción de pollos para consumo de su carne sigue siendo intensiva y poco saludable para los animales por el régimen de alimentación y hacinamiento al que están sometidos" (http://www.nutricion.pro/02-12-2008/alimentos/pollos-y-hormonas).
Vamos que se dice que antes sí se hacía, que después y ahora no se hace, pero que hay países que sí lo siguen haciendo. En definitiva, que sí. ¿O no?
Evo no nombró en ningún momento la homosexualidad, sino que lo hicieron los y las pofesionales (sí, pofesionales) de la cuatro, de la sexta, del país, de público y demás mierda mediática. Lo demás, son ganas de... ¿fastidiar? No, hay algo más porque Evo es...
el presidente que está poniendo límites a la explotación de los recursos naturales de su país frente a la voracidad de las empresas de los imperios;
el presidente que se atrevió a irse, junto con Hugo Chávez y alguno más, de la Cumbre de Copenhague donde los países que más han destrozado a la naturaleza daban lecciones a los demás de cómo no hacerlo;
el presidente que defiende la soberanía alimentaria de su país;
el presidente que busca en la gente rica para repartir lo que les sobra entre quienes nunca han tenido nada;
el presidente que ha conseguido que Bolivia sea un territorio libre de analfabetismo;
el presidente que no para de ganar junto con su partido una elección tras otra, lo que expresa el apoyo con el que cuenta;
un presidente indio...
Y es que todas esas cosas duelen.