Me gusta mucho el fútbol. Fui siempre un entusiasta en la práctica, hasta los 35 años, y en verlo. Me ha gustado siempre el buen fútbol y me resisto a sentirme forofo de un equipo. He leído acerca de lo que han dicho gente experta de ese deporte y gente conocida. No ha mucho me enteré de la pasión que tenía Pasolini y su distinción de dos modelos de fútbol. Un día hablaré de ello. Como de lo que han dicho Galeano, Benedetti, Menotti, Lillo...
Me dio rabia que la final del mundial de 2006 la jugasen dos selecciones rácanas, que hicieron mucho daño al fútbol. Menos mal que en medio han llegado el Barça y la selección española. Soy entusiasta del juego que hacen los dos, porque han devuelto al fútbol la belleza del buen hacer, jugando y haciendo goles maravillosos. Como la selección española dará que hablar en los próximos meses, me voy a quedar con el Barça y no sobre cómo juega, sino de cómo se le trata. Messi es un jugador excepcional. Ya se comete un error al compararlo con otros, incluido Maradona. En el deporte, y sobre todo en el fútbol, no se pueden comparar jugadores y equipos de momentos distintos con sistemas de juego tan distintos. Mucha gente que lo hace, poco sabe de lo habido antes que no sea de oídas. De los jugadores cumbre sabemos más de Maradona, que pudimos verlo frecuentemente en las retransmisiones de televisión. Según vamos hacia atrás, sabemos menos. De haberlos visto en algunos partidos y, si acaso, de jugadas sueltas que se ofrecen en reportajes. Maldita manía de comparar.
Pero, siguiendo con Messi, me llama la atención del mundo madridista y/o anticulé que no para de inventar una tontería tras otra. La temporada pasada lo hicieron comparándolo con Robben. Luego, cuando lo echaron, no han parado de hacerlo con Cristiano Ronaldo. Ahora que el Madrid ha sido eliminado de la shampion lig, con un Ronaldo en depresión, de inmediato comenté que compararían a Messi con su compatriota Higuaín, que pasó de villano (por lo del último partido con el Lyon) a héroe en tres días. No fallé: mi hijo me llegó con el cuento de lo que comentaban en su instituto. Después de los últimos partidos de Messi, y en especial el del domingo, han vuelto las comparaciones. Que si es o no el mejor, que si él o Maradona, que si... Como el pobre hombre no ha conseguido nada con la selección argentina, ya le echan en cara eso. De Maradona, que no han parado de meterse estos últimos meses con él, ahora dicen en la prensa merengue que es mejor porque se echó a la espalda su equipo para ganar el mundial de 1986 y una liga con el Nápoles. Siempre lo mismo. Se olvidan que Maradona ya era considerado el mejor de su tiempo sin haber ganado ningún mundial ni ninguna liga, ni que Cruyff no ganó ningún mundial, ni Di Stefano... Se dice a la vez que es bueno porque tiene un buen equipo y que su equipo no sería nadie sin él. El caso es enredar y olvidarse de lo fundamental, es decir, del buen fútbol, de los buenos futbolistas y de los buenos equipos. Malditas comparaciones. Maldita ignorancia.