Es el PP un partido de gente caradura. Y sin ninguna vergüenza. Es responsable del mayor ataque a los derechos sociales, recortando el gasto público y precarizando el empleo. También, a los derechos civiles, mordaza incluida. Está corrompido hasta la médula, saqueando las arcas públicas para autofinanciarse, pagar sobresueldos a sus dirigentes, enchufar a amiguetes, escaquearse del pago de impuestos o permitir que se enriquezcan amantes del dinero. Y ahora nos sale Celia Villalobos -y no es la primera vez- queriéndonos dar lecciones de honradez. Creyéndose una trabajadora pertinaz, a sus 68 años se permite el lujo de decir que hay demasiada gente cobrando pensiones sin haber trabajado lo suficiente. Ella, que lleva tres décadas como cargo publico cobrando suculentos sueldos y gratificaciones. Que ha sido un modelo de buen hacer como diputada, alcaldesa, ministra, eurodiputada y vicepresidenta del Congreso, plena de sabiduría, rigurosa en sus apreciaciones. La misma que ha sido pillada in fraganti jugando una partidita con su tablet o echándose un sueñecito en los escaños del Congreso... Para qué seguir.