Ayer tuvo lugar un nuevo 25 N. Un día que busca concienciar a la gente sobre la violencia de género. La que se ejerce fundamentalmente contra las mujeres, pero también cuando se orienta hacia personas, niños y niñas especialmente, como una forma de castigarlas. Es la expresión del dominio del patriarcado, desde donde se puede llegar a decir eso de "mía o de nadie" o también "para que no lo olvide" (¿qué hizo si no el señor Bretón, por ejemplo?).
Estos días he encontrado la página electrónica feminicidio.net, donde se informa de muchas cosas y entre ellas del número de personas asesinadas en España, sobre todo mujeres, por causa de la violencia de género. Se hace una clasificación por tipos de delito y se delimitan los casos donde aún la investigación policial o judicial no han calificado la muerte. No menos de 93 casos de mujeres en toda España, de los cuales 16 han tenido lugar en Andalucía. Varias son mujeres anónimas. Algunas, prostitutas. La mayoría, esposas o novias de quienes tomaron la decisión de sentirse sus amos.
He colocado una imagen que la he fotografiado en mi instituto. Me ha gustado, porque ilustra un campo donde queda mucho por conseguir. En la niñez y adolescencia se incuban comportamientos que luego se expresan de muchas formas, pero que llegan al extremo de los asesinatos. La violencia está presente de forma directa, de forma simbólica, en los pequeños detalles de la vida cotidiana y en la justificación descarada que desde muchos ámbitos se hace. Y en el mundo del amor, donde se inician los y las adolescentes, hay mucho que desmitificar.