En efecto, del nuevo gobierno no hay que esperar más que lo ya sabíamos y se deducía de la postura tomada por la nueva dirección del PSOE tras el golpe interno llevado a cabo hace un mes. No es que las esperanzas fueran grandes tras los resultados electorales de diciembre y junio, cuando las opciones del bipartidismo resistieron. Ante esa tesitura, en el PSOE se movieron con rapidez las fuerzas más retrógradas, sustentadoras de uno de los pilares del sistema, para evitar a toda costa que una opción alternativa, plural y de amplio espectro pudiera gobernar, dejando atrás la legislatura del rodillo del PP.
Ahora toca que el nuevo gobierno vuelva a aplicar más medidas de las recetas neoliberales que la troika nos tiene preparadas. Esto es, más recortes, más precariedad, más pobreza y más desasosiego. Y mientras tanto, quienes más tienen, se siguen riendo del personal. Toca resistir, que no sería poco si así ocurriese.