Sus palabras no tienen desperdicio, como puede comprobarse, por ejemplo, en este párrafo:
"A mí siempre me ha parecido muy sorprendente que hayamos llegado al siglo XXI todavía con ese feminismo rancio, un feminismo radical, totalitario, vigente e incluso influyendo en las legislaciones, y marcando en muchas ocasiones la agenda política. A pesar de todo, ahí sigue habiendo ese movimiento feminista influyendo, opinando [e] imponiendo, que es verdaderamente lo que le gusta a este tipo de movimientos, que a veces son mujeres frustradas, mujeres amargadas, mujeres rabiosas y mujeres fracasadas como personas y que vienen a dar lecciones a las demás de cómo hay que vivir y de cómo hay que pensar".
Tras el revuelo montado por la difusión del vídeo, David Pérez ha
contestado a través de un comunicado, en el que, entre otras cosas, dice que sus palabras han sido sacadas
de contexto y manipuladas, añadiendo que “Un grupo de extrema izquierda cortó y
pegó frases inconexas para formar un mensaje que jamás pronuncié”.
Para
intentar demostrar la supuesta manipulación, el PP, su partido, ha hecho público el contenido de su intervención (como transcripción y en vídeo) en el citado Congreso, en el que, además de aparecer lo antes citado, trata distintos aspectos, como la oposición al aborto y la defensa de otro modelo de mujer, abundando en su crítica a "un feminismo que ha en el objetivo de proporcionar a la
mujer nuevas cuotas de dignidad, de libertad, de independencia y de
reafirmación de lo que significa ser mujer".
No ha habido, pues, manipulación ni frases sacadas de contexto. Hay todo un discurso que defiende un modelo de mujer propio de determinados medios católicos, expresado con frecuencia en los púlpitos y ya referido en este cuaderno a través de alusiones a algunos obispos. Lo que se demuestra es que sus palabras, pronunciadas al final de su intervención, sí son de claro desprecio hacia "esas feministas".