La derrota relativa de la derecha
Se ha destacado la derrota del partido del gobierno y del presidente de la república, el PDP/PSD. Y eso es lo que ha ocurrido, teniendo en cuenta que como tal sólo ha cosechado el 16,7% de los votos en las cámaras municipales. Si tenemos en cuenta que en numerosos municipios se ha presentado en colación con otros grupos, ha alcanzado hasta el 33,5%. La derecha en su conjunto ha sumado alrededor del 46%, incluyendo el raquítico 3% que por sí solo ha obtenido el otro partido importante de la derecha, el CDS/PP, de carácter democristiano.
No son resultados globales muy distintos de los obtenidos en 2009, cuando obtuvo también en torno al 46%. Derrota, pues, del PDP/PSD, por sus propios resultados y por el fraccionamiento sufrido en forma de rupturas locales internas y conformación de diversas variantes de coalición con los otros grupos de la derecha.
Geográficamente la derecha sigue instalada en la mitad norte, donde en general es hegemónica, aunque en esta ocasión se ha visto contrarrestada por una mayor presencia del PS. En la mitad sur, por el contrario, sus resultados han sido bastante magros, sin apenas presidencias en las cámaras municipales.
El triunfo inexistente del Partido Socialista
Se está hablando mucho del triunfo de este partido, que ha obtenido el 36,3%
de los sufragios en las cámaras municipales. Un punto menos que hace cuatro años. No debemos olvidar que fue con un gobierno de este partido cuando se iniciaron las políticas de recortes sociales.
En general el PS ha mejorado su presencia en las diversas instituciones locales. Ha mejorado en la mitad norte, donde ha subido en votos y ha arrebatado cámaras municipales a la derecha. En la mitad sur, sin embargo, ha sufrido algunas pérdidas en favor del PCP.
Avance de la CDU, la coalición del Partido Comunista y
La CDU, nucleada en torno al PCP, ha conocido una mejoría sobre 2009: casi 1,5 puntos por encima de 2009 en las cámaras municipales. Teniendo en cuenta el fuerte sesgo territorial que hay en Portugal, se ha fortalecido en la mitad sur y ha subido en general en las principales ciudades del país. Es ahora la primera fuerza política en los distritos de Setúbal (42,1%), donde se encuentra la tercera ciudad y el principal espacio industrial del país, y Évora (39,5%). En Beja ha obtenido también unos magníficos resultados (38,5%), quedando en segundo lugar, como en Portalegre (17,3%), Lisboa (15,8%) y Santarem (14,2%). En total ha conseguido 213 mandatos municipales en las cámaras municipales, en 34 de las cuales ha ganado la presidencia. Seis más que 2009: 11, en Setúbal (+2); 8, en Beja (+2); 6, en Évora (+2); 3, en Santarem (-1); 2, en Lisboa (+1); 2, en Portalegre (-1); 1, en Leiria; y 1, en Faro (+1). En éste último distrito ha mejorado sus resultados (11,7%), a la vez que obteniendo la cámara municipal de Silves. Entre las ciudades, destacan Setúbal (41,9%), Beja (42,3%), Évora (49,3%) o Loures (33,3%), esta última en el distrito de Lisboa.
El norte y las islas atlánticas siguen siendo su asignatura pendiente. En todos los distritos ha estado bastante por debajo de la media del país. Sólo en los núcleos urbanos ha tenido mejores resultados, sucumbiendo en el medio rural. Entre las principales ciudades sólo ha estado en torno a la media en Coimbra (11,1%) y Viana do Castelo (10,6%). En el resto se ha quedado lejos: Braga (8,8%), Leiria (8,7%), Funchal (8,4%), Guimaraes (8,3%), Oporto (7,4%), Vila Nova (6,4%)...
La CDU se ha consolidado y mejorado en los lugares donde tradicionalmente ha sido fuerte, como ocurre en las áreas industriales de Lisboa y Setúbal, y las latifundistas del Alentejo. También ha mejorado en otros distritos colindantes hacia el norte y el sur.
Continúa el retroceso del Bloco de Esquerda
El BE no ha tenido nunca buenos resultados en este tipo de comicios. Con relación a 2005 y 2009 ha perdido algo más de medio punto, reduciéndose a un raquítico 2,6% en las cámaras municipales, donde sólo ha obtenido 8 mandatos en las cámaras municipales. En algunos municipios se ha presentado coaligado con otros grupos o ha apoyado candidaturas independientes, como ha ocurrido en Braga, Coimbra o Madeira, en estos casos con resultados mejores.
Resulta difícil entender a priori que un grupo de estas características no haya podido obtener mejores resultados en el contexto crítico que está viviendo Portugal. Ya en 2011 sufrió un fuerte castigo en las elecciones parlamentarias y lo ocurrido el domingo parece que lo certifica. En su pugna con el PCP por ocupar el espacio de la izquierda resulta evidente que está perdiendo claramente.
Conclusiones
Los resultados de la derecha han reflejado, pese a todo, que sigue teniendo estabilidad electoral y geográfica. Su derrota, de haberla habido, ha sido relativa.
El triunfo del Partido Socialista hay que matizarlo. No ha mejorado en general, pese a las secuelas que la acción del gobierno del PDP/PSD está dejando en la sociedad portuguesa. Se ha aprovechado, eso sí, de la división en la derecha.
La CDU ha conocido un llamativo avance, pero limitado territorialmente a la mitad sur, mientras sigue flaqueando en el norte. Ha obtenido rédito de su protagonismo en las movilizaciones contra los recortes sociales, y posiblemente se haya beneficiado de la pérdida de votos del Bloco de Esquerda. Este grupo, por el contrario, ha fracasado.
CDU y BE han sumado sólo el 13,5%, que puede rozar el 15% si se tienen en cuenta otras candidaturas de izquierda. Incluir al PS en la izquierda resulta difícil, sino olvidamos la trayectoria de este partido desde los años 70, su responsabilidad en los primeros momentos de la crisis y el presente. Aun con todo, en su conjunto los diversos grupos de izquierda han obtenido el 51% de los votos, frente al 46% de la derecha.
Resulta evidente que el miedo instalado en la sociedad portuguesa está provocando que la gente en su mayoría siga sintiendo apego, de distintas formas, hacia los grupos políticos responsables de la situación tan dura que se está viviendo. Hacia la izquierda se ha virado un poco, en favor del PCP y sus aliados. El PS se ha mantenido, siendo inexistente su triunfo. La derecha sigue presente. Ha aumentado el voto nulo y en blanco, que es una forma de mostrar malestar. El problema es hacia quién va dirigido y para qué.
¿Y el futuro? ¡Ay, Portugal!