Resulta evidente que la
opción dentro del bloque político pudo más que la orientación dada durante la
campaña por Bayrou y Le Pen: el primero llamó a votar a Hollande, mientras la
segunda lo hizo por la abstención. En el primer caso, por su oposición a
Sarkozy y su escoramiento hacia la derecha; en el segundo, por oportunidad
política, dentro de una estrategia más ambiciosa que busca que el Frente
Nacional se pueda convertir en la primera fuerza política de la derecha. En la
izquierda la opción por el bloque, como estaba previsto, se ha mantenido: el
81% de los votos de Mélenchon ha ido a parar a Hollande. Algo que puede haber
ocurrido con el electorado de los grupos políticos más pequeños.
La sociología electoral de los candidatos
Si analizamos el carácter
del voto de cada candidato, hay importantes diferencias atendiendo al sexo, el
grupo socio-profesional, los ingresos, el ámbito geográfico y el tamaño de los
municipios. No conviene desdeñar cada uno de estos aspectos. Dibujan la sociología
del electorado de cada candidato, pero también de los distintos micromundos
donde están enraizados. Veámoslo, pues.
En el reparto por sexo
tanto los varones como las mujeres lo han hecho en la misma proporción: en
torno al 52% a Hollande y al 48% a Sarkozy. Por grupos de edad Hollande ha
tenido mayor apoyo en todos, excepto en las personas mayores de 60, donde
Sarkozy ha vencido claramente con un 59%. Los mayores apoyos a Hollande han
venido de la gente joven: 62% en el grupo entre 25 y 34 años, y 57% entre
quienes tienen menos de 25 años. Las ciudades han dado mayor apoyo a Hollande,
siempre descendiendo según su tamaño de mayor a menor, destacando el 57% en las
que tienen más de 100.000 habitantes. El medio rural, por el contrario, ha
votado preferentemente por Sarkozy, con un 52% de apoyos.
Por grupos
socio-profesionales, la gente asalariada, en cualquiera de sus grupos, ha
apoyado a Hollande: clase obrera, gente empleada, cuadros medios y cuadros
altos, en este último caso junto con el grupo de profesiones liberales. Los
niveles de estos apoyos han sido elevados, en torno al 60%, destacando el grupo
de profesionales intermedios, con una fuerte presencia de la administración
pública, con el 61%. El mundo de la
propiedad, sin embargo, lo ha hecho por Sarkozy. De una forma abrumadora, con
el 70%. Aquí entran todos los niveles de renta, la gente del medio urbano
(independientes, pequeño comercio, medianas y grandes empresas) y la propiedad
agraria, en este último caso en consonancia con los apoyos recibidos en el
medio rural. Completan este panorama las personas jubiladas y pensionistas, que
han optado también por Sarkozy en un nivel, el 57%, algo inferior al recibido
entre la población con más de 60 años.
Por ingresos económicos,
los apoyos a Hollande aumentan según descienden dichos ingresos. Han optado por
el candidato triunfador quienes los tienen inferiores a 3000 euros mensuales,
con un máximo de apoyos, del 59%, en las rentas más bajas, donde no llegan a
1200 euros. Sarkozy, por su parte, ha triunfado en las rentas más altas, con un
apoyo del 56%.
En cuanto al ámbito
territorial (2), grosso modo Hollande ha triunfado más
hacia el sur, el oeste y los departamentos fronterizos del norte, mientras que
Sarkozy lo ha hecho más hacia el este, el sureste y una franja central
intermedia que va desde las fronteras suiza y alemana hasta la costa atlántica
(La Vendée ),
pasando por los departamentos que rodean la región de la Isla de Francia. En ésta, formada
por París y su cinturón metropolitano, ha triunfado Hollande, si bien con un
reparto variable según los distritos, donde la composición social y el nivel de
renta han sido determinantes. En el propio París, donde ha triunfado Hollande
con un 55,6%, los distritos orientales han optado por el candidato ganador y
los occidentales, menos poblados, por Sarkozy, aunque en tres de ellos con
niveles por encima del 70%.
¿Qué ha ocurrido?
Hay un hecho que no
debemos despreciar y es que los resultados de la primera vuelta fueron
favorables a los candidatos de la derecha y el centro. El que finalmente haya
habido un triunfo de Hollande se debe al comportamiento de parte del electorado
del centro y la derecha que se ha salido de su bloque político. Y la encuesta
antes aludida de Le Monde nos da una pista muy importante y es que los
apoyos recibidos por Hollande han partido de dos intencionalidades diferentes:
mientras un 45% lo ha hecho para que fuera presidente, el 55% restante ha
querido evitar que ganara Sarkozy.
Está por ver lo que pueda
ocurrir en las próximas elecciones para conformar una nueva Asamblea Nacional.
También está por ver el contenido de los programas que presente cada partido.
Los de la derecha diferirán poco de lo que sus candidatos no han parado de
pregonar en las elecciones presidenciales. ¿Qué hará Hollande? Las propuestas que
defendió durante la primera vuelta de la campaña diferían poco de las de Sarkozy, con puntos
esenciales en común. Hollande representa el socialiberalismo que ha participado
desde los años 80 en la construcción y consolidación del modelo económico
neoliberal actual. Pertenece a la estirpe de los González, Jospin, Schroeder,
Blair, Zapatero y tantos más que sólo se diferenciaron de los partidos
conservadores en algunos aspectos del gasto público y una visión diferenciada
de los derechos civiles, pero no en el progresivo desmantelamiento del llamado
estado de bienestar. Lo que defendió Hollande durante la primera vuelta es el
pilar sobre el que se está sustentando la política neoliberal en tiempos de
crisis: una mayor estabilidad financiera y monetaria, y el consiguiente ajuste
sobre la población, tanto en salarios como en servicios públicos. Hoy Navarro
nos deleita con una reflexión muy interesante acerca de las limitaciones del
programa del candidato del PSF (3).
La novedad del Frente de Izquierda
La salida a escena del
Frente de Izquierda ha sido en cierta medida una sorpresa. La alianza del PCF y
otros grupos menores, con Jean Luc Mélenchon -que fue ministro con Jospin- como
candidato presidencial, parece que está fructificando. Partiendo de unos
niveles de apoyo muy bajos, pronto algunos sondeos le situaron en el 17% de los
votos. Aunque finalmente se quedó en torno al 11%, conviene no olvidar que hubo
en el último momento una deriva de sus previsibles votos hacia Hollande, ante
el temor que pudiera ocurrir lo de hace 10 años, cuando Jospin no pudo competir
con Chirac por la presidencia al ser superado por Jean Marié Le Pen. La campaña
electoral, no obstante, dejó presente un estilo, un programa, una asistencia y
hasta unas esperanzas que pueden marcar el futuro.
El propio Mélenchon ha situado
su actividad electoral y la de su grupo desde la resistencia, a la vez que ha marcado
el comienzo de una nueva etapa (4). Su principal objetivo es
romper con la dinámica neoliberal de reforzar la política de estabilidad y
austeridad, utilizando el término “austeritarismo” para denominar el poder impone
de los mercados. También, poner freno al avance de la extrema derecha, que
tiene como principal peligro que compite con parte del electorado popular que ha sido atraído por el discurso
xenófobo. El Frente de Izquierda no ha dudado tampoco en priorizar la derrota
de Sarkozy, prestando su apoyo a Hollande para que fuera elegido
presidente.
En el electorado del
Frente de Izquierda (5) hay un predomino de la gente del mundo del trabajo
asalariado en sus diversos grupos y niveles; y un claro decantamiento entre la
población más joven. Si lo primero supone un reparto entre la base social tradicional
de los grupos de izquierda, como la clase obrera, y los nuevos sectores
terciarios, lo segundo es un potencial de futuro. En la primera vuelta obtuvo
resultados en consonancia con la orientación del voto según el bloque político,
sin que sobresaliera especialmente ningún departamento. Sólo en algunos
distritos occidentales de París y de su entorno próximo superó el 15%. Esto
podría ser un factor negativo, teniendo en cuenta que el sistema electoral
francés, mayoritario, prima a las dos opciones más votadas.
A la espera de lo que pueda ocurrir en unas semanas
La coyuntura actual es
diferente de la hace unas semanas. Hollande tuvo que hacer un esfuerzo por
diferenciarse con sumo cuidado de Sarkozy, buscando un equilibrio entre la
crítica a su contrincante por su relación con Angela Merkel y la moderación
para no enturbiar una futura relación con la cancillera alemana. Hollande, así
mismo, ha recibido votos desde el electorado de la izquierda, ajenos a los de
su partido y que en la primera vuelta han sido del 15%. Lo ocurrido en Grecia, con
el derrumbe del PASOK, y en noviembre en
España, con el batacazo del PSOE, son signos de los peligros que puede correr
el PSF. No debemos olvidar tampoco a Andalucía, cuyo resultados han sido muy
significativos a la hora de entender, en cierta medida, hasta dónde está
dispuesta la gente a aguantar.
No estoy diciendo que
Francia marque el camino, pero sí que puede reforzar una tendencia. Y eso podrá
ser posible si la gente se hace presente en la vida pública de una forma
activa. Las movilizaciones han de jugar un papel importante. No va a ser fácil.
De todas las maneras en unas semanas lo podremos saber.
Notas
(1) Le Monde, edición digital del 7 de mayo de 2012.
(2) La edición electrónica de Liberation ofrece los datos muy interesantes por departamentos mediante un mapa virtual.
(3) Navarro, Vicenç (2012). “Las propuestas de François Hollande son insuficientes para salir de la crisis”, en Rebelión, 11 de mayo, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149444.
(4) Mélenchon, Jean Luc (2012). “Nuestra resistencia francesa no ha hecho más que empezar”, en Rebelión, 1 de mayo, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148866&titular=nuestra-resistencia-francesa-no-ha-hecho-m%E1s-que-empezar-
(5) El País, 23 de abril de 2012.
Notas
(1) Le Monde, edición digital del 7 de mayo de 2012.
(2) La edición electrónica de Liberation ofrece los datos muy interesantes por departamentos mediante un mapa virtual.
(3) Navarro, Vicenç (2012). “Las propuestas de François Hollande son insuficientes para salir de la crisis”, en Rebelión, 11 de mayo, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149444.
(4) Mélenchon, Jean Luc (2012). “Nuestra resistencia francesa no ha hecho más que empezar”, en Rebelión, 1 de mayo, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148866&titular=nuestra-resistencia-francesa-no-ha-hecho-m%E1s-que-empezar-
(5) El País, 23 de abril de 2012.