Ahora, después de haber leído el libro, ofrezco aquí varios poemas, en tres de los cuales aparece su preocupación por el drama que está viviendo el pueblo palestino y de una manera especial el gazatí. Y es que de la entrevista me quedé también con estas palabras suyas: "No podemos expresar con nuestras palabras el dolor del pueblo palestino, pero sí dar testimonio de nuestra vergüenza y nuestra culpa".
ME SUMERJO EN LA PERFECCIÓN DE COPO DE NIEVE DE
párrafo
frase
palabra
cristalización.
Podría ser otra,
pero, hoy, dentro del invernadero,
la máscara de los cristales,
dentro de la palabra,
me acurruco contra
el fuera y la intemperie.
El dentro es más oscuro.
Me encierro en esta perfección
-amatista, diamante, esmeraldita de plástico-
y acallo al monstruo.
Le echo de comer.
Ortigas
y paparajotes.
MIENTRAS TANTO,
mueren las ancianas y las niñas en Gaza,
mueren los hombres y la mujer que prepara el cordero.
Mueren las piedras.
Corre el rumor de la justa ira
y de una guerra mundial
enquistada
en el corazón de Europa.
Y tú no sabes
si toda esta desgracia minimiza la tuya,
te hace más fuerte,
te produce vergüenza,
agranda la dimensión
de una herida imaginaria
que, poco a poco,
se abulta,
segrega infecciones,
se perfila
contra
tu cuerpo
no
exactamente
tumefacto.
CONSOLACIÓN DE LA MUERTE
Drones rusos sobrevuelan el espacio aéreo rumano,
cientos de mujeres son asesinadas cada día,
los pingüinos, las focas y los osos polares aguardan la muerte
/ sobre la plataforma helada.
Los niños cosen balones y las niñas chupan.
El presidente de los Estados Unidos de América
celebra la victoria con mandatarios de una ultraderecha universal;
los ingenieros jefe le piden perdón por los errores cometidos:
Elsa de Frozen se convirtió en icono lésbico
y las familias andan desbaratadas preguntándose
por el sexo del ángel y la hija.
El alto el fuego en Gaza supone la aniquilación
/ de cuatrocientos seres humanos
/ en menos de veinticuatro horas.
Hay hambruna.
La población de este país se hace vieja a un ritmo
/ uniformemente acelerado.
Quizás sea mucho mejor no estar aquí
para no verlo.
Esto es poesía.
Consolación de la muerte.
TENEMOS DERECHO A COMPARTIR LA ACRIMONIA,
la hez,
la grieta,
contra un punto
muy específico
del globo terráqueo?
El misil geoestratégico desgarra la tripa concreta
/ de un niño palestino.
La acrimonia nos llega
al lanzar
el ojo a lo lejos;
también acunando
a la acrimonia y al ojo
como hijo
que vuelve a la barriga.
¿Tenemos derecho
a la exhibición de lo oscuro
más allá del límite de piel,
a un lado y otro,
fisiología e historia,
la mácula del poema?
La obscenidad es pensamiento hacia la luz.
El sol de arpías, gárgolas y brujas.
El aparato con el que un médico descubre
la cueva del oído.
El origen del asesinato en masa.
La herida abierta.
DE QUÉ LUZ HABLAMOS
cuando se escapa la luz,
se gasta,
hay que pagarla a precio de hígado infantil,
de qué luz hablamos
cuando se acaba la luz
de nuestros pequeños ojos
o profundos
como lagos de noche
Hablamos de la luz azul
de los quirófanos,
de la luz total que incinera la célula
para restaurarla,
o de la disminuida luz
del quinqué,
la luz tibia
bajo la que una niña teje
su primera y última
colcha de ganchillo.
Hablamos de la luz
de un mediodía de agosto
o de la luz de enero
ahogado por la lluvia.
Luz de la intemperie y la luz
del cuarto oscuro.
De qué luz hablamos
cuando hablamos
de la luz.
TODOS LOS POEMAS ME SALEN AMARILLOS.
Les debo una humilde disculpa.
O quizá algo mucho más drástico:
les pido con desgarramiento
perdón,
perdón,
perdón.