viernes, 28 de diciembre de 2012

Víctor Jara y los portadores de la muerte
























Acabo de leer que han sido procesados siete militares chilenos acusados de asesinato de Víctor Jara. Murió en el Estadio Nacional de Santiago el 16 de septiembre, cinco días después del golpe de estado, acribillado a balazos y tras ser vejado y torturado. Su cuerpo fue abandonado en un descampado y una vez descubierto estuvo a punto de ser enterrado en una fosa común, lo que no ocurrió gracias al acto más que atrevido de un funcionario judicial. Por eso pudo ser finalmente enterrado en un cementerio. La prensa del régimen, sin embargo, se refirió a una muerte sin violencia. En 1990
la Comisión de la Verdad y la Reconciliación determinó que había recibido 44 balazos. Se sabe mucho del calvario que sufrió durante su detención, como lo pasaron tantas personas esos días. Existen numerosos testimonios de testigos que presenciaron lo que ocurrió. De víctimas y hasta de soldados que estuvieron allí. Los oficiales que dirigieron las operaciones de tortura y asesinato en la prisión improvisada que fue el Estadio Nacional quedaron indemnes durante la dictadura. Desde 1990 consiguieron escurrirse de las acusaciones, pese a que las investigaciones judiciales y de diversas asociaciones de derechos humanos iban cerrando el círculo. Un manto de silencio desde las bambalinas del estado y un pacto de silencio entre los asesinos lo permitieron. Alguno vive desde hace años en EEUU. Pese a todo, se han ido atando más cabos sueltos, dando consistencia a las investigaciones. En 2007 fue condenado como coautor de su muerte un soldado, José Paredes, que a su vez acusó varios oficiales, que hoy están entre los encausados por el Juez Vásquez.  


¿Por qué mataron a Víctor Jara? Era una persona comprometida política y socialmente. Como militante del Partido Comunista estaba expuesto a ser una víctima de la represión. Como cantante destacó por sus denuncias de injusticias. Gozaba de una gran popularidad, lo que podía haber sido motivo de que, al menos, se hubiera actuado con él con mayor discreción. De Pablo Neruda, que era una celebridad internacional, hay indicios consistentes de que lo mataron sutilmente en la clínica donde fue ingresado al poco del golpe. Sorprende, sin embargo, la saña con la que actuaron con Víctor Jara. Al poco del golpe se corrió la voz de una frase pronunciada por uno de los oficiales después de ser torturado: “¡Canta ahora si puedes, hijo de puta!”. Joan Jara ha mencionado en varias ocasiones que fue el apodado “El Príncipe”, de nombre real Edwin Dimter Bianchi.  

Hay una canción de Víctor Jara, “Manifiesto”, donde parece que hace una premonición de lo que fatalmente le ocurrió. En ella empieza diciendo que el hecho de cantar tiene una explicación fuera de la banalidad o de sus méritos, lo que resulta coherente con el carácter de su militancia y compromiso:

Yo no canto por cantar
ni por tener buena voz, 
canto porque la guitarra 
tiene sentido y razón.
 

Más adelante, deja claro cuál era el sentido de sus canciones y a quiénes iban destinadas:

Que no es guitarra de ricos 
ni cosa que se parezca.
Mi canto es de los andamios 
para alcanzar las estrellas, 
que el canto tiene sentido 
cuando palpita en las venas 
del que morirá cantando 
las verdades verdaderas, 
no las lisonjas fugaces 
ni las famas extranjeras 
sino el canto de una lonja 
hasta el fondo de la tierra. 

Versos nítidos. Y cuatro de ellos premonitorios: “el canto tiene sentido / cuando palpita en las venas / del que morirá cantando / las verdades verdaderas”.

¿Por qué, pues? Está claro que la violencia del fascismo no fue casual. Por eso actuó con la contundencia que se sabe. Él fue una víctima más, quizás víctima desgraciada de las “ganas que le tenían” los portadores de la muerte.

Frases hechas

"Lamento mucho lo sucedido. No hay excusa, Y por supuesto, no volverá a suceder. Lo siento". Eso es lo que ha escrito en su cuenta de Twitter Isabel Redondo, diputada del PP en la Asamblea de Madrid, tras ser pillada in fraganti, junto a otro compañero de partido, jugando al Apalabrados mientras se estaba produciendo el debate de la ley que abre al paso a la privatización de la sanidad en Madrid. Es casi idéntica a la que en abril pasado pronunció Juan Carlos de Borbón ("Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir"), después de saberse que su accidente en Botsuana lo fue durante una cacería de elefantes. Por lo que vemos, se trata de personas que se lo pasan en grande. Una, votando una ley que afecta a la salud de la gente a la vez que se divierte jugando. El otro, pidiendo austeridad para el personal mientras se divierte matando elefantes y demás. Frases hechas. Vacías.

jueves, 27 de diciembre de 2012

¿Qué más quieren hacer?

En las filas del PP está aumentando la petición de limitar el derecho de huelga. Ayer lo dijo el tal Ignacio González, que ejerce ahora de Presidente de la Comunidad de Madrid después de la no sé si huida o agazapada Esperanza Aguirre, la lideresa, que también lo pidió en su día. El fin de semana pasado un parado dijo en el Canal 24 Horas de RTVE que ya no se necesitan abogados laboralistas, porque no tienen nada que defender tras la reforma laboral que nos han metido, que favorece el despido libre y muy barato. No había caído antes en esta apreciación, que me pareció sabia. Sabemos que está aumentando la coerción frente a las protestas, que están dando más palos en las manifestaciones, que están multando a la gente por acudir a ellas, que se veja y tortura en las detenciones, que hay gente procesada con acusaciones arbitrarias, que continúa en la cárcel el único detenido que queda de la huelga general pasada... Todo, para amedrentar, desmovilizar, romper vínculos de solidaridad y minar la capacidad de resistencia. Escribí el otro día que en algunos aspectos me recuerdan los tiempos de la dictadura. Me pregunto ahora, después de todo esto y lo último que se oye acerca del derecho de huelga, qué otras cosas quieren hacer en el PP. ¿Ilegalizar a los sindicatos, por ejemplo? 

Hillary, Kerry...

Obama es, en cierta medida, un bicho raro. Votó en 2003 como senador contra la guerra de Irak. Ha defendido medidas progresistas sobre derechos civiles. Ha impulsado una reforma sanitaria que, aunque tibia, permite la atención a personas sin cobertura por un seguro. Es, ademas, mulato, que no negro -por favor, no lo digo en sentido despectivo-. Tiene bastantes apoyos en determinadas minorías. Masivos en la afroamericana o la hispana. También entre las personas homosexuales. Le votan más mujeres, más jóvenes... Y en el mundo de la cultura. Sobre todo en el del cine. Su voto ha provenido de amplios sectores progresistas. En cierta ocasión leí de Eliseo Bayo que había sido apoyado por el ala izquierda de la CIA. No sé, quizás. Desde luego que representa en EEUU la versión más edulcorada del imperio. 

¿Y el Departamento del Estado? Me refiero a Hillary Clinton, la titular a punto de cesar, que ha empezado a prepararse de cara a las próximas presidenciales; y a John Kerry, anunciado como el próximo Secretario. De Hillary ya sabemos. Una fiel seguidora de su marido, quien en su mandato no se privó de guerrear, liberalizar, desregular... Como senadora, seguidora de la política ultrabelicista de George Bush jr. Como precandidata en el partido demócrata en 2008 frente a Obama, mucho más moderada. Como vicepresidenta, protagonista del belicismo de su país en Afganistán, Libia, Irán... Si no pertenece a la derecha de su partido, sí lo es del centro. ¿Y Kerry? Ya intentó ser presidente en 2004 frente a Bush, pero no pudo. He leído que por el pucherazo electrónico, como le ocurrió cuatro años antes a Al Gore con el mismo personaje. No sé, quizás. Kerry lleva muchos años como senador, ligado a la comisión de Exteriores que ahora preside. Ha apoyado todo lo que le han pedido desde la presidencia en materia de guerras. Los Reagan, Bush padre, Clinton, Bush hijo y Obama. He leído hoy que es un "guerrero imperial" (sugiero leer el artículo de Rebelión). Este sí parece que es del ala dura del partido demócrata, de su derecha. ¿O del centro? ¡Qué más da! Lo importante es lo que hacen. Y el imperio, ante todo. 


¿Provocación, provocadoras...?

Se puede leer estos días en diversos diarios (genova.reppublica.itelmundo.es, publico.es, eluniversal.com...) una noticia acerca de un sacerdote italiano que ha justificado la violencia sexual contra las mujeres por determinados comportamientos que califica de provocadores. Se trata de Piero Corci, quien ha colocado una carta en el tablón informativo de su parroquia en Lerici, municipio de la Liguria italiana, con el fin de hacer una crítica sana al problema de la violencia contra las mujeres. 

El hombre no ha tenido reparos en escribir cosas como éstas: "¡Cuántas veces vemos a muchachas y señoras maduras caminar por la calle con vestidos provocadores y ceñidos!, ¡cuántas traiciones se consuman en los lugares de trabajo, en los gimnasios y los cines! Podrían evitarse, ya que desatan los peores instintos y después se llega a la violencia o al abuso sexual". En un afán por relativizar la responsabilidad de los hombres se pregunta: ¿"Es posible que los hombres se hayan vuelto locos?". A lo que contesta con un "no lo creemos". De esta manera no duda en dirigirse directamente a las propias mujeres, de las que dice que, "cada vez más, provocan, se vuelven arrogantes y se creen autosuficientes y acaban por exasperar las tensiones. Ellas se lo buscan". Una relativización que le lleva a repartir por igual la responsabilidad de la violencia entre víctimas y verdugos: "una forma de violencia que hay que condenar y castigar con firmeza, muchas veces la responsabilidad es compartida". No le falta a la carta un recordatorio del papel que deben jugar las mujeres como buenas esposas y madres: "Niños abandonados, casas sucias, comidas frías, compradas en tiendas de comidas rápidas, ropas mugrientas". Y para rematar la cosa, concluye su carta con un "hagamos un examen de conciencia: tal vez nos lo hayamos buscado".   

Todo un compendio de la mala educación androcéntrica en boca de un sacerdote católico. La misma que no es capaz de entender que la violencia directa contra las mujeres emana de la ideología creada por el patriarcado. La misma que rechaza la perspectiva de género, a la que se declara de ideología perniciosa, para poder entender que las relaciones existentes entre varones y mujeres se basan en la supeditación de las segundas. La misma que es incapaz de entender que esa violencia directa se alimenta también de otra cultural que hace que en los hechos de la vida cotidiana existan multitud de aspectos invisibles que llevan a minimizar o justificar la supremacía del varón. Así, el propio cura está llevando a la mujer al rol tradicional de relegación al hogar. Está descalificando la posibilidad de que las mujeres sean libres cuando las acusa de creerse "autosuficientes". Está minimizando la violencia con expresiones como "vestidos provocadores" o "ellas se lo buscan".

Si nos atenemos al informe "Domestic violence in Italy" (2011), elaborado por el profesor de la Universidad de Florencia Nicola Comodo, durante el periodo 2005-2010 ha ido aumentando progresivamente el número de mujeres que murieron como consecuencia de la violencia de género, pasando de 84 a 127. En el mismo trabajo se dice que en 2007 el 5,4% de las mujeres entre 16 y 70 sufrió violencia física o verbal. Los datos que ha aportado Público, provenientes del Instituto Nacional de Estadística italiano, han sido los siguientes: en 2009 murieron 172 mujeres; en 2010, 156; y en 2012 se acerca al centenar.  

El sacerdote Corci ha hablado de provocación y, más exactamente, de provocadoras. En otras ocasiones ya he hecho referencia a testimonios de la misma naturaleza. Dicho lo dicho, habrá que preguntarse quién es realmente el provocador. Padre pastore, attento a quello chi dici!

martes, 25 de diciembre de 2012

El portero elegido por votación popular

Corría el año 1967 o quizás 1968. Ese día don Secundino nos anunció la posibilidad de que el sábado por la tarde podíamos jugar un partido de fútbol contra un equipo de otro colegio. No recuerdo de cuál, pero sí muchos detalles de lo que pasó a partir de ese momento. La reacción de la clase fue de alborozo general, teniendo en cuenta que el fútbol estaba fuertemente impregnado en nuestra vida cotidiana y, además, lo novedoso que en un centro escolar se hablara de algo distinto que no fueran las matemáticas, la gramática, la historia, la historia sagrada, la educación cívica o el catecismo. 

A principio de curso le gustaba al maestro dividir la clase en dos grupos: los Campeones y los Invencibles. Después de ser elegidos sendos capitanes por nosotros mismos, éstos de dedicaban a escoger uno a uno a los componentes de sus respectivos grupos. Todos los días el maestro solía colocarnos en algún momento de pie y alrededor del aula. Era la ocasión en que se producía una doble competición: entre los equipos y dentro de cada equipo. Las preguntas que hacía sobre cualquier asignatura servían para crear en cada grupo la jerarquía interna del saber, que iba variando según se contestaban correctamente o no. Lo normal era ver a los capitanes en el puesto número de cada grupo, pues, la verdad sea dicha, eran con diferencia superiores: Los demás luchábamos cada día por subir algún peldaño en el escalafón, lo que en realidad variaba poco. Siempre había un grupo de adelantados, otro intermedio y finalmente el que llamábamos de los torpes. A su vez, cuando en uno de los grupos no se sabía contestar algo, pasaba el turno al contrario, de manera que así acumulaba los consiguientes puntos que servían al final de cada trimestre para saber cuál de los dos había sido el vencedor. Yo pertenecía a los Campeones y tenía como capitán a un compañero que me acompañó desde el primer curso de primaria hasta el cuarto de bachillerato. No estoy muy seguro, pero creo que los Invencibles nos superaron en más ocasiones. Curiosamente su capitán habría de ser, pasados bastantes años, un buen amigo y compañero de fatigas políticas, cuya amistad mantenemos todavía hoy.

Quizás pueda parecer me he desviado un poco de la historia, pero resulta necesario referirme a lo que acabo de contar si se quiere entender el sentido de lo que ocurrió. Respondiendo a la división de la clase en dos grupos, la confección del equipo de fútbol que habría de enfrentarse al rival se hizo de una manera paritaria para los jugadores de campo. Es decir, cinco por cada grupo, que fueron propuestos a viva voz por cada grupo, sin que hubiera más problemas que irlos jaleando con arreglo a lo que cada día hacíamos en el patio, pues era costumbre antes de empezar a jugar que sendos capitanes escogieran a sus jugadores. 

Recuerdo de esos momentos que en la organización de los jugadores en el campo, don Secundino nos habló de varias formas, mostrándose partidario del  novedoso 4-2-4. Era distinto del 3-2-5 que era la que se estilaba en las alineaciones de los equipos, que se nombraban por estricto orden: el portero, con el 1; los defensas, con el 2, el 5 y el 3; los medios, con el 4 y el 6; y los delanteros, sucesivamente, desde el 7 hasta el 11. Yo sabía por mi padre que la anomalía del 5 como central se debía a que en cierto momento se decidió bajar de posición al medio centro, reforzando así la defensa, por lo que se pasó del 2-3-5 de los primeros tiempos del fútbol al 3-2-5, que era lo propio en esos años.

Claro que esos años también vivieron cambios en los planteamientos de los partidos y don Secundino, por lo que se ve, sabía algo de ello. Nos dijo que su propuesta del 4-2-4 era más coherente, porque  reforzaba aún más la defensa. No andaba desatinado el hombre, pues en aquellos años había surgido la figura del defensa escoba, uno de los medios que se dedicaba a labores defensivas, a la vez que estaba exento de las de marcaje, pues su misión era la de "barrer" -de ahí el nombre tan doméstico-  cualquier balón que se colara sin que los tres defensas oficiales hubieran podido contenerlo. En España tenía esos años como principal referente al futbolista del Real Madrid Zoco. Estoy seguro que estaba bien informado de la evolución que se estaba dando en el mundo del fútbol, pues en los años siguientes se fueron consolidando los planteamientos de los partidos en la dirección de reforzar la defensa y el centro del campo, bien con el 4-3-3 o bien con el 4-4-2

No recuerdo en qué momento de los preparativos de la alineación nos contó esas cosas el maestro, pero lo que llevó más tiempo fue la elección del portero. Si la paridad resultó fácil de aplicar en los jugadores de campo, el problema vino cuando hubo que elegir al único portero que en un equipo de fútbol existe. Cada grupo propuso el suyo, siendo yo el de los Campeones. Tenía yo fama de buen portero y de hecho en los recreos solía hacer esas funciones con frecuencia. Tampoco lo hacía mal como jugador, pero como ha sido siempre un puesto poco apetecido, nunca me importó situarme entre los palos -en el colegio eran árboles- cuando era necesario. El portero propuesto por los invencibles se llamaba Rubén, como el hermano mayor de los hermanos que lideraron cada una de las tribus de Israel. No sé de dónde salió, pues en el patio nunca jugó en esa posición, pero el caso es que encontró entre sus compañeros unos apoyos más que sólidos.   

El maestro primero quiso oírnos y, como era de esperar, cada grupo se volcó con el propio, que a gritos intentaban convencerlo. Como eso resultó imposible, nos mandó salir al pasillo a los dos contrincantes para intentar llegar a un acuerdo. Al principio resultó imposible, pues nos contábamos mutuamente las hazañas que habíamos protagonizado volando por los aires y  evitando goles cantados. Mientras intentábamos convencernos, apareció un muchacho de otra clase que había salido al servicio y que al vernos discutir se le ocurrió la idea de resolver el dilema lanzándonos una bola o canica que llevaba en el bolsillo, de manera que quien la parara sería el ganador. Aunque aceptamos la alternativa, lo que vino después no se acomodó a lo acordado. En el primer intento salí ganador, pero el compañero Rubén no aceptó el resultado, alegando no sé qué escusa. Como en la siguiente volvió a repetirse la situación, el muchacho que intentó mediar se quitó de en medio, porque, como es lógico, tenía que regresar a clase. 

Ya en nuestra aula, viendo don Secundino que era imposible llegar a un acuerdo, resolvió que lo mejor era hacer una votación. Una decisión democrática, palabra que entonces no estaba bien vista y que al maestro ni se le ocurrió nombrar. Una vez emitidos los votos en papel, resultó elegido el aspirante de los Invencibles, quedándome yo con las ganas de ser el portero del equipo que habría de disputar un partido con el de otro colegio.

Cuando el sábado por la tarde tuvo lugar el partido, salió de portero titular, como era lógico, el elegido por votación popular, aunque, no sé por qué, pude jugar los minutos finales. Creo que perdimos, pero eso a mí me importó menos. Tras el resultado de la votación había sufrido una dura decepción y me sentía víctima de una tremenda injusticia. No me sentía solo, la verdad, pues también fue considerada como tal por los compañeros de mi grupo, los Campeones. Y lo peor es que, pasados los días, al puñetero Rubén se le seguía sin ver jugar entre los palos -que eran árboles- del patio del colegio. 

sábado, 22 de diciembre de 2012

La reforma de la Ley de Costas o la amnistía a la destrucción

Acaba de hacer público Greenpeace un estudio titulado "Amnistía a la destrucción. Una investigación sobre los intereses privados detrás de la reforma de la Ley de Costas". Resulta muy ilustrativo de la relación directa que existe entre los intereses privados de las grandes empresas y quienes se encuentran en el poder político. A ello hay que añadir, teniendo en cuenta el ámbito de actuación de esas grandes empresas, una nula sensibilidad medioambiental. En todo caso, muestra la catadura moral, así como un elevado nivel de corrupción, que existe entre las altas instancias de los poderes político y económico, con evidentes lazos familiares y adscripción política, en este caso el PP. La investigación de Geenpeace supone una valiosa aportación en la denuncia del entramado político-empresarial que se encuentra detrás de la reforma de la Ley de Costas de 1988 y que el gobierno del PP, a través del ministro Miguel Arias Cañete, actual ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que también lo fue durante el segundo mandato de José Mª Aznar, entre 2000 y 2004. 

A lo largo del estudio queda muy clara la ambigüedad que existe a la hora de establecer cuáles son los criterios ambientales y paisajísticos utilizados. Deja, en un primer momento, a criterios técnicos cuál será el ámbito del dominio público marítimo-terrestre, eliminando los 100 metros de protección que la ley de 1988 establecía en su artículo 23. Y acaba estableciendo, finalmente, determinadas excepciones -que en realidad son muchas- en la aplicación de la normativa, lo que supone en la práctica una amnistía a numerosas actuaciones ilegales realizadas desde bastantes años atrás. La "amnistía a la destrucción, como reza el título del trabajo. Algunas son muy conocidas, como ocurre con los casos de diez núcleos urbanos en cuatro provincias: Serra Grossa y Santa Pola, en Alicante; Empuriabrava y Platja D'Aro, en Girona; Ría de Punta Umbría, y Caño del Cepo y casco antiguo de Isla Cristina, en Huelva; Pedregalejo y El Palo, en Málaga; y Oliva, en Valencia. Las otras excepciones se refieren a urbanizaciones y paseos marítimos que se sitúan en el dominio público marítimo-terrestre, que el anteproyecto de ley deja en manos de las administraciones locales, y a zonas dedicadas a cultivos marinos y salinas.

Si todo lo antes dicho supone una vulneración de los principios de defensa de lo público y de protección de los espacios naturales en el litoral, lo que se aporta en el estudio relativo a la trama político-empresarial resulta un escándalo a todas luces. Nos recuerda, en primer lugar, lo que representa Miguel Arias Cañete, un hombre que no sólo tiene un importante patrimonio personal, sino que por su vinculación a una familia más que conocida (vía matrimonio con la Domecq) está relacionado con importantes negocios petroleros e inmobiliarios. Su relación con Jerez y El Puerto de Santa María es notoria, destacando el papel jugado en la urbanización Puerto Sherry y el proyecto de ampliación en zona de litoral.  

Desde él van desfilando personajes más o menos conocidos, varios de ellos muy vinculados al PP, y que tienen intereses directos en las excepciones que la reforma de la Ley de Costas prevé. Así, Joaquín Rivero, directivo en potentes empresas inmobiliarias, está relacionado con Puerto Sherry y la ampliación del mismo. Bautista Soler, magnate del ladrillo en Valencia, lo está con la urbanización de la playa de La Patacona. Ignacio López de Hierro (marido de Mª Dolores de Cospedal), está vinculado con varias constructoras, así como con los personajes antes mencionados. Abel Matutes (exministro de Exteriores con Aznar) tiene negocios de cultivos marinos en la provincia de Cádiz, las rías gallegas y las islas Baleares. Juan Miguel Villar Mir (exministro de Hacienda con Arias Navarro) los tiene en la ría de Huelva a través de la empresa química Fertiberia; en las rías gallegas, con cultivos marinos; y la ría cántabra de Boo, con una empresa siderúrgica. Gabriel Cañellas tiene negocios salineros en las islas donde en su día llegó a ser presidente en los años 90, las Baleares; es el mismo que en 1997 fue absuelto por prescripción de los delitos de prevaricación y cohecho.


Y como muestra, reproduzco la parte final del trabajo de Geenpeace, donde, bajo el epígrafe "Bautista Soler, Joaquín Rivero, López del Hierro y Arias Cañete", se escribe lo siguiente: 

"La boda en 2009 de Ignacio López del Hierro con María Dolores de Cospedal, fue discreta y según hace eco la revista Hola sólo contó con la presencia de un puñado de invitados. Entre otros, Mariano Rajoy y algunos de los socios de López del Hierro como Rivero, Bautista Soler y otro invitado ilustre: Miguel Arias Cañete. Arias Cañete, en 2008, cuando abandonó el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que había dirigido durante la segunda etapa del gobierno de Aznar, ingresa en Bami Newco. Y junto a los amos del ladrillo Rivero y Soler se incorpora como Consejero, es decir, que pasa a formar parte del máximo órgano ejecutivo de la inmobiliaria. Cañete se incorpora a Bami  cuando Gecina es la principal accionista y después de que ésta adquiriese la totalidad de la participación de Bautista Soler y parte de la de Joaquín Rivero, mientras la preside Victoria Soler. Hace un año, en diciembre de 2011, tras la llamada del ya presidente Mariano Rajoy, Arias Cañete renuncia a su puesto como consejero en Bami Newco, aunque se reserva una acción de la empresa en propiedad".

viernes, 21 de diciembre de 2012

La represión contra los alcaldes republicanos en Cádiz

Ha aparecido hace unos meses el libro La destrucción de la Democracia: Vida y muerte de los alcaldes del Frente Popular en la provincia de Cádiz. Ha sido coordinado por Santiago Moreno Tello y han participado en su elaboración 34 historiadores e historiadoras, que han estudiado la situación vivida por los alcaldes republicanos represaliados -en su mayoría, fusilados- durante la guerra a manos de los militares sublevados contra la República. La obra está inserta dentro de la corriente historiográfica para la recuperación de la memoria histórica, habiendo contado en esta ocasión con la colaboración de la Consejería de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, que la ha editado en dos volúmenes. Precisamente a través de la página electrónica de esta consejería se puede acceder a la obra (volumen 1 y volumen 2). Por mi parte, felicitar a quienes han trabajado en el libro.       

Además de los trabajos sobre los alcaldes represaliados, el propio Moreno Tello hace un interesante Estudio preliminar, en el que traza una serie de rasgos del periodo republicano desde la perspectiva de las instituciones municipales. Empieza refiriéndose al resultado de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, donde el triunfo de las candidaturas monárquicas fue expresión del caciquismo reinante, lo que cambió cuando se repitieron las elecciones allí donde hubo fraude. Continúa con los avatares sufridos en los ayuntamientos tras los sucesos de octubre de 1934 -en que fueron destituidos los cargos municipales de los grupos de izquierda- y las elecciones de febrero de 1936 - en que la victoria del Frente Popular posibilitó la restitución de concejales y alcaldes republicanos y socialistas, además de la entrada en los puestos vacantes de comunistas y sindicalistas. Nos recuerda la convocatoria fallida de elecciones de unas nuevas elecciones municipales, prevista para el 12 de abril, y ante todo nos ofrece una información muy interesante acerca de la asamblea de alcaldes celebrada en Cádiz el día 12 de julio, una semana antes del golpe militar. 

Sobre esta asamblea -de la que no existe documentación en la Diputación de Cádiz, aunque, por suerte, sí se conservan copias en algunos ayuntamientos, habiendo utilizado el autor la de El Bosque-, en la que participaron directamente todos los municipios -sólo tres no lo hicieron, pero enviaron sus adhesión- se ofrecen datos muy poco conocidos, pero que reflejan las preocupaciones existentes por los graves problemas que estaban viviendo y el interés por solucionarlo. Se trataba en su mayoría de problemas de índole socioeconómica, como la reforma agraria, el paro, las obras públicas o, en menor grado, la educación. No faltaron los temas políticos, como la preocupación por el ascenso del fascismo en la provincia, que se expresó en los numerosos incidentes que provocaron contra militantes de grupos obreros -en Barbate ocurrió el asesinato de dos hermanos, militantes de la CNT, a manos de pistoleros de Falange-, el boicot a la labor municipal por parte del funcionariado ligado a este movimiento o la preparación del golpe contra la República. No faltan tampoco alusiones a la presencia de Blas Infante, que invitó a los presentes a sumarse al movimiento en favor del estatuto de autonomía y la izada de la bandera andaluza en los balcones de los ayuntamientos.

La última parte del estudio preliminar está dedicada a hacer una síntesis estadística de la represión sobre los alcaldes republicanos. De un total de 41 alcaldes (suma los de Barbate y Benalup, que eran todavía pedanías), fueron fusilados 23, es decir, el 56%. De los restantes, diez estuvieron en prisión (24%); dos se fueron al exilio; otros dos, se refugiaron como topos; y uno huyó  a la zona republicana, muriendo en acción de guerra. Ninguno tuvo juicio previo, excepto los alcaldes de Espera y Torre Alháquime, que acabaron fusilados. Todavía hay tres alcaldes de los que se desconoce su paradero: siguen desaparecidos. Quienes sobrevivieron sufrieron duras penurias personales y familiares. Demoledor. 

La obra saca a la luz una información muy valiosa, aunque todavía quedan muchos puntos oscuros. Sirve, al menos, para hacer algo de justicia a las víctimas del fascismo. El mismo que destruyó todo lo que pudo para que se supiera lo menos posible de lo ocurrido. El mismo que todavía en nuestros impide o pone obstáculos para que podamos saber más.
      

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Estado de derecho o estado de derechas?

Acabo de leer en Público estas declaraciones de un detenido del 25- S: "Me golpearon en la cabeza, me lanzaron contra un furgón al grito de 'Ahí va el primer pavo', luego estuve días días solo, en una celda aislada. No me podía creer, hasta entonces pensaba que la Policía estaba para protegernos. Me sentí preso de una dictadura". Así se expresó José Cosín, quien, junto con otras 27 personas, ha decidido denunciar judicialmente el haber sufrido torturas y vejaciones durante su detención y estancia en una comisaría de policía madrileña. En distintos medios de comunicación -la mayoría alternativos- pueden leerse estos días diversas noticias dedicadas al que todavía sigue siendo el único detenido que está todavía preso en la cárcel con motivo de la huelga general del pasado 15 de noviembre. Se llama Alfonso Fernández, aunque le llaman Alfon, y a él se ha referido en el Congreso Alberto Garzón, diputado de IU. También ha sido recordado por varios grupos parlamentarios de la misma cámara (ERC, Amaiur, BNG, IU-IP, Geroa Bai, Compromís). Y hasta en el Parlamento de Andalucía el grupo parlamentario de IU ha sacado carteles alusivos. Ayer pude escuchar en el "Intermedio" de La Sexta cómo desde varias delegaciones de gobierno en comunidades autónomas se están enviando multas con cantidades elevadas (300, 500, 600 euros) a personas que son acusadas de manifestación ilegal. 

Confieso que anoche me acosté preocupado y pensando en los tiempos de la dictadura, cuando manifestarse era motivo de ser apaleado y detenido. El delito entonces era el de manifestación ilegal, el mismo al que aluden las autoridades gubernamentales para seguir  multando y apaleando a manifestantes, para seguir vejando y torturando en comisarias, y hasta para mantener a gente en prisión por luchar contra las medidas antisociales del gobierno. Gente díscola, eso sí. El objetivo está claro: intimidar, atemorizar, desmovilizar, acallar... 

Hoy mismo está sentado en un banquillo Rodrigo Rato por su actuación al frente de Bankia. También hoy El Plural dedica un artículo a Carlos Fabra, expresidente de la Diputación castellonense -el del aeropuerto sin aviones-, por llevar nueve años sorteando la justicia pese a las imputaciones que tiene de corrupción, delito fiscal o cohecho. Cuando cargos públicos o dirigentes del PP abren la boca sobre estas cosas, hablan de estado de derecho. Matizo: un estado de derechas. Cada vez más parecido a lo que acabó hace muchos años.

sábado, 15 de diciembre de 2012

El miedo, instalado en la sociedad andaluza

Se acaba de publicar el "Barómetro de Opinión Pública de Andalucía", realizado  por el IESA, un organismo dependiente del CSIC. En el apartado correspondiente a la intención de voto -poco trabajado, lo que no da una dimensión muy clara del actual estado de opinión política- se refleja la existencia de algunos cambios en el mapa político andaluz. Grosso modo, el PP perdería unos diez puntos, bajando sus apoyos al 30%; el PSOE se mantendría en torno al 39%; IU subiría unos 5 puntos, pasando al 16%; UPyD también subiría, del 3,3% al 5,8%, lo que le permitiría entrar en el Parlamento andaluz; y el PA seguiría hundido, con poco más de un 3%. 

¿Qué está reflejando el barómetro? En primer lugar el claro desgaste del PP, que hace un año obtuvo casi el 46% de los votos en Andalucía, rompiendo una larga trayectoria de derrotas electorales. El PSOE, por su parte, mantiene su nivel porcentual en apoyos, pero no, como se está diciendo, sus apoyos. Porque ¿dónde van a parar las pérdidas del PP? Teniendo en cuenta las limitaciones del barómetro, considero que esas pérdidas irían en mayor medida a UPyD (su 2,5% de subida) y al propio PSOE. Se trata del sector de la sociedad andaluza más centrista y moderado, el mismo que aupó al PP a la primera posición en las generales de noviembre de 2011 y que meses después, en marzo, le retiró parte de su apoyo, impidiendo que obtuviera la mayoría absoluta. El PSOE, a su vez, estaría viendo cómo parte de su electorado pasaría a IU, cuya subida se nutriría sobre todo de votantes de izquierda. Este grupo sería, así, el principal beneficiario de la situación. Lejos, eso sí, de sus intenciones de acercarse más al PSOE y convertirse en un sólido referente de la izquierda. 

Sobre esto último el barómetro sí ofrece una información que no debemos desdeñar, derivada de la autoubicación política-ideológica que hacen las personas encuestadas. Quienes lo hacen en la izquierda no llegan al 9%, sumando el 32% junto a quienes lo hacen en el centro-izquierda (23,5%). En el centro se sitúa la tercera parte, y entre el centro-derecha y la derecha suman el 12%. Hace cinco años (según el Estudio 2678 del CIS, de marzo de 2007) la izquierda (5,2%) y el centro-izquierda (32%) sumaban el 37%, frente al 24% del centro y el 9% del centro-derecha (7,6%) y la derecha (1,7%). Ha habido, en primer lugar, un desplazamiento hacia la izquierda (casi 4 puntos), pero un fuerte retroceso del centro-izquierda de casi 15 puntos, que en conjunto casi pierden  12 puntos. Por el contrario, suben tanto el centro político, con 7 puntos, como el centro-derecha, con 5 puntos. 

Lo que se puede observar en Andalucía, en suma, es un proceso de derechización político-ideológico, si bien en la expresión política parece que la población optaría por los grupos de centro-izquierda (PSOE) e izquierda (IU). En parte ya lo hizo en marzo, cuando un sector importante de votantes del PP en las generales de 2011 prefirió que este partido no gobernara. Como ya apunté en otra ocasión, las medidas que el gobierno central estaba empezando a tomar ahuyentaron el previsible apoyo. Ahora, lo que estaría ocurriendo sería seguir dejando las riendas del gobierno andaluz en manos del PSOE, aun cuando la presencia de IU aporte cierta radicalidad. Este grupo, a su vez, ve cómo su presencia en el gobierno no le estaría restando votos, sino todo lo contrario.

Pese a la gravedad de la situación que se está viviendo, queda lejos una actitud de rebeldía más amplia. No hay que hacerse tampoco ilusiones con el rechazo al PP. El miedo está fuertemente instalado en la sociedad andaluza.